jueves, 16 de octubre de 2008

HOMO ERECTUS….

Me resulta difícil comprender cuál es la verdadera posición del Sr. Armando Mendez con relación a sus análisis económicos, en especial cuando escribe sobre la intervención del Estado y el libre mercado. Hasta ahora, en casi todos sus artículos, se ha venido mostrando como un fundamentalista del libre mercado. En uno previo, escrito el 9 de julio, con el nombre de “ESTATISMO ECONOMICO TARDIO Y RETROGRADO” afirmaba que los esfuerzos de intervención del Estado en la economía nacional eran propios de un “australophitecus economicus”, parafraseando a uno de sus correligionarios. . En el presente artículo, por el contrario, se vuelve más ecléctico y golpea a los fundamentalistas, para preparar o justificar la intervención del Estado en La Meca del “neo-liberalismo”. En otras palabras, si el Estado interviene en Bolivia es propio de cavernarios. Si lo hace en los EEUU, es un acto inteligente, justo y necesario para compensar el “riesgo moral” de los dueños y jerarcas de los bancos, personajes desconsiderados con los ahorristas e inversores.Su artículo de julio giraba alrededor de dos supuestos, que el tiempo (muy corto, por cierto) se encargó de lapidar. Hace tres meses decía:
1) “Históricamente, el Estado siempre fue el protagonista de la vida de los pueblos antiguos y estuvo ligado a los intereses de los poderosos. .....” “En la época del medioevo….El Estado tenía el derecho de indicar y promover las actividades que consideraba deseables, por medio de subsidios y licencias. Se creía que la actividad comercial e industrial que no era vigilada por el Estado producía pobreza”…”el estatismo no fue patrimonio exclusivo de los regimenes comunista, nacional socialista o fascista, durante el siglo XX, sino que el mismo se difundió en el mundo. Los Estados europeos se hicieron cargo de los denominados monopolios naturales y de las industrias calificadas de estratégicas, como el caso del carbón en Inglaterra. Pero estos países privatizaron esas actividades en el último cuarto del siglo XX, debido a su comportamiento ineficiente y deficitario….” En el presente artículo, por el contrario, se vuelve menos fundamentalista. Trata de deshilvanar el desbarajuste financiero construido por “homo erectus”, y justifica la intervención del Estado, utilizando términos que amortiguan tanto la realidad como su posición. Dice: “La otra opción es que el gobierno mediante el banco central otorgue dinero a los bancos para que estos puedan garantizar a todos sus depositantes y, de esta manera, parar cualquier pánico bancario y sus funestas consecuencias como es una depresión económica…..”. Personalmente, creo que nos la está dibujando y no quiere reconocer con todas su palabras la ineficiencia e inmoralidad del mercado y del sector privado y financiero. Todo el mundo sabe cuán ricos se hicieron los ricos, y cuán grandes fueron sus ingresos distribuidos y otorgados a sí mismos, en forma de jugosos salarios, que él llama “riesgo moral”.En forma sorpresiva y como testigos mudos, sin capacidad de hacer nada, todos, pero principalmente la gente y el público de los países ricos están viendo cómo se juega con su dinero, sus ahorros y su futuro en este sistema, que no es otra cosa que un casino financiero, donde los ricos juegan con la plata de la gente, adjudicándose jugosas ganancias y haciendo cargar el bulto a la población más pobre. Frente a esta realidad, de crisis, la Reserva Federal y el Tesoro Americano están siguiendo la línea de Hugo Chávez, nacionalizando todo el sector financiero e inyectando capital a los bancos más grandes. Están estudiando marxismo o están, de manera espontánea, redescubriendo las ventajas del Estado, inteligente e interventor?. No solo el FED, con 700 billones de dólares, sino todos los estados europeos están colocando billones, olvidando sus cuadernos “neoliberales” y convirtiéndose en los salvadores de los banqueros ricos, no de los depositantes, como dice el señor Méndez, con su lenguaje socapador, de un sistema súper ineficiente, donde los lucros son privados, pero los costos y los riesgos, son públicos. Chomsky, el crítico más agudo viviendo en territorio gringo, nos dice que el sistema financiero (por lo tanto el capitalismo moderno) ya ha sido modificado y lo será más aún de acuerdo a como avance la crisis. Ya existe prácticamente un capitalismo de Estado…la economía es cada vez más dependiente del estado y de los recursos públicos… y como corolario ideológico “es posible que la retórica hipócrita del fundamentalismo de mercado sea, también, un poco más contenida”…….o sufra mutaciones, como en el caso presente.2) El segundo eje del artículo del mes julio decía: “El tema de los alimentos es un hecho coyuntural que se resolverá adecuadamente si se dejan que los mercados funcionen libremente. El incremento de los precios relativos de los alimentos incentivará una mayor producción, la misma que frenará dicha alza de precios. Además, es una forma para que la gente del campo aumente sus bajos ingresos…..” Muy sencilla parecía la receta. Libre mercado y los campesinos salen de pobres. Sin embargo, parece que los efectos de la peor crisis desde la Gran Depresión de los años 30, están recién por verse y sentirse. De entrada, no sólo que los ahorristas han perdido sus ahorros y sus casas, sino que ha aumentado de manera rápida el desempleo, el hambre, junto a quiebras por montón, recesión e inflación. Pero todo esto, no es nada, es pichanga para el mercado porque, pese a todo “la crisis pasará”…..qué determinismo más esperanzador, por favor, llamen en nuestro auxilio a un “australopitecos”……!!!!