miércoles, 31 de marzo de 2010

Batuqueando con ritmo del MSM



Desde cinco puntos diferentes de la ciudad salieron las columnas del Movimiento Sin Miedo con el afán de cerrar su campaña para las elecciones del Municipio de La Paz, este domingo pasado. Eran columnas ordenadas, alegres y juveniles. Muchos jóvenes de manera voluntaria se sumaron a estas columnas y a la campaña en general. Cada columna estaba precedida por un grupo de batuqueros: jóvenes con tambores de diferente tamaño y sonido que entonaban una marcha contagiosa, que invitaba a danzar o moverse al ritmo de su música, especialmente compuesta para levantar el ánimo de la militancia y de los simpatizantes del MSM. No son los tambores tipo bombo de los descamisados argentinos. Se parecen más a las batuqueadas brasileras, aunque con mayor diversidad de tambores y con una música que no es de samba propiamente.

Me sumé a la columna que venía de la zona sur, encabezada por Denise, candidata a Concejal por esa zona. Los tamboreros eran del grupo de los Vikingos Sin Miedo y el tambor mayor andaba sobre zancos y sobresalía del resto del grupo. Todo era alegría y optimismo. Me regalaron una propaganda muy original, unos condones que decían “Hágalo seguro, hágalo sin miedo”. Me recordaron que la política es como el sexo. Hay que votar seguro para tener buenos resultados.

En el campo ferial se fueron sumando los otros grupos. El presidido por Luís Revilla, el candidato a Alcalde que en toda la campaña demostró que tiene pasta y liderazgo para continuar el trabajo positivo de una década de los Sin Miedo. Desde Cotahuma venía encabezando otra columna el Alcalde Juan del Granado, que más que Alcalde es el líder nato del MSM. Se puede ser alcalde sin liderazgo, pero no se puede ser un buen alcalde si no se tiene liderazgo, menos en una ciudad grande como La Paz.

El cierre final fue una fiesta verde fosforescente con toques azulados, colores simpáticos que pintan un horizonte de esperanza.

Entretanto, los candidatos y voceros del MAS seguían vociferando contra el MSM y profiriendo amenazas de todo tipo. Al extremo que el vocero principal, de apellido Silva, y con vocación de francotirador, pidió la radicatoria de Juan del Granado, o sea, un arraigo preventivo basado en rumores, que parecía más una amenaza que un argumento, no sólo contra Juan, sino, contra todo aquél que ose desafiar o ganar una elección cualquiera. La candidata a Alcalde, en su desesperación, amenazó con parar las obras que ejecuta la municipalidad, múltiples obras en curso, intentando de esta manera dañar la imagen de la gestión del MSM, una de las mejores gestiones desde que yo tengo memoria administrativa y política. Las amenazas se dieron aún antes de que saliera a la luz la Ley Anticorrupción, que, así usada, más parece un látigo para castigar a los osados y desobedientes.

Fue una semana mala para la candidatura masista. Muchos exabruptos contra sus ex aliados y muchos apechugones con sus ex enemigos. Uno de ellos, que procede de PODEMOS, dirige la campaña de Eli Salguero. El otro, su primer Concejal, es de UN y hace sus esfuerzos para parecer un indigenista de verdad y no maquillado. La historia de los liderazgos y partidos que llegan a su cúspide parece iniciar su repetición. En las alturas sienten que no necesitan más aliados y comienzan a confundir a los amigos con sus enemigos y viceversa. Es más, se vuelven los más encarnizados enemigos de sus aliados, especialmente de los no genuflexos.

El mejor favor que se la ha hecho al MSM es jugarle con deslealtad. Esto le ha permitido salir de su cascarón paceño y abrirse al resto del país. Su presencia en la contienda electoral de más de cien municipios así lo demuestra.

Por estas consideraciones, y porque es importante continuar con un gestión de calidad, se impone la victoria del MSM en el Municipio de La Paz. Una victoria tal, podría permitir que desde la hoyada surja un prospecto político remozado y con discurso de izquierda. Algo nuevo y con energía juvenil, que en perspectiva sea una alternativa progresista e incluyente, que, hoy por hoy, la derecha no puede brindar. De ser así, tendremos batuqueada por mucho tiempo y en todo el país.

viernes, 19 de marzo de 2010

CLONACION IMPERFECTA


En el mes de julio último, en el momento de inaugurar la Vía Balcón, singular trayecto aéreo construido sobre el Parque Urbano Central de la ciudad de La Paz, que une el parque Laikacota con el parque Roosevelt, el Presidente del Estado Plurinacional decía: “Estoy impresionado de cómo trabaja el alcalde en esta ciudad” –y añadió- “Habrá que clonar al alcalde para que vaya a trabajar a todos las ciudades de Bolivia. El alcalde enamora y hace feliz a su ciudad”.

Era el momento culminante de una alianza en la que el partido de uno de los mejores alcaldes que ha tenido La Paz en toda su historia, Juan del Granado, trabajó de manera consecuente apoyando el proceso de cambio liderado por Evo Morales e influyendo para que esta ciudad vuelque su apoyo hacia este proceso. En las últimas elecciones en La Paz se superó ampliamente la votación nacional del 64%. A las pocas semanas, sin embargo, el MAS, ensoberbecido por la victoria, y sintiéndose fuerte para avanzar solo, rompió la alianza y sacó un clon del mismo MSM, de manera apresurada.

Elizabeth Salguero es el clon destinado a reproducir de manera idéntica, no solo las habilidades de Juan del Granado, sino el ADN de su gestión municipal. Tarea nada sencilla para quien retome la posta del Municipio paceño.

Durante diez años el equipo del Movimiento Sin Miedo ha ordenado las finanzas de un municipio en bancarrota, el más corrupto del país en ese entonces; le ha dado coherencia programática, calidad de gestión, y lo ha convertido en un municipio confiable y digno de crédito. Las pequeñas y las grandes obras que ahora se gestan son fruto de ese trabajo arduo de reordenamiento y construcción, que únicamente se logra con liderazgo definido y férreo. En el Año del Bicentenario, todos los días del año fueron entregadas obras y se ejecutaron acciones que, sin duda, permanecen en la retina y la memoria de los paceños. Ninguna otra ciudad podrá igualar esta festividad en su organización ni en sus ejecuciones.

Elizabeth Salguero, para ganar adeptos, se protege en la imagen del Presidente Morales, como gran parte de los candidatos masistas en todo el país. En cada municipio se ven pancartas con la imagen de algún desconocido dirigente, detrás de la foto de Evo Morales. Sin este préstamo de carisma, probablemente sus posibilidades de victoria se reducirían de manera considerable. Elizabeth Salguero por sí sola, no lograría subir en las preferencias ni reducir la confianza que el electorado paceño siente por el MSM. Por eso, anda detrás del Presidente y lo adula en todo evento y foro.

Para subir en las encuestas miente y hace propuestas desmesuradas, sin soporte técnico ni económico. Ha dicho, entre otras cosas: “Nosotros proponemos estabilizar los suelos, controlar las cuencas integralmente, los ríos, los deslizamientos y sifonamientos”…. “Queremos construir mejores viviendas sociales en terrenos firmes, con parques, con hospitales, con escuelas, con canchas deportivas y una red de salud”… “ofrecemos distribuidores, puentes, túneles y pasos a nivel y sobre todo el ‘metroandino elevado"…vamos a dar seguridad a La Paz para lo que “proponemos un municipio seguro, libre de violencia, de discriminación e impunidad". Estos ofrecimientos deben quedar en la memoria colectiva para pasar la factura correspondiente en caso de que sea la ganadora.

Sin embargo de esta parafernalia propositiva, el postulante del MSM, Luis Revilla, ha dado grandes avances en los últimos días, acortando casi a cero la diferencia inicial y colocando a cada uno de los paceños en la disyuntiva de optar por un clon sin independencia ni autonomía de gestión, que será acorralada por sus compromisos clientelares con su nuevo partido, o por la continuidad de un trabajo serio y dedicado, que en una década ha dado prestancia y liderazgo a la ciudad de La Paz.

No debemos equivocarnos. En La Paz el péndulo del voto oscila entre estas dos opciones. Todas las demás, aparentan reforzar la democracia, pero únicamente la debilitan por sus muy bajas posibilidades de triunfo. La debilitan porque hacen crecer las posibilidades del clon imperfecto y agresivo, y disminuyen las posibilidades del verdadero clon, de aquel que estuvo aprendiendo en el laboratorio municipal cómo se hace para engrandecer nuestra ciudad.

jueves, 11 de marzo de 2010

BORRACHO ESTABA, PERO ME ACUERDO


O “memorias del Victor Hugo”, es posiblemente el libro más importante del escritor de los bajos fondos, Victor Hugo Viscarra. Lo busqué afanosamente en librerías de La Paz, porque tenía referencias de su demanda y del éxito del autor, que sin ser escritor académico es de los que más vende en los últimos años. El libro que compré corresponde a la tercera reimpresión realizada por Editorial Correveidile, con el auspicio de la Oficialía Mayor de Culturas de la ciudad de La Paz. Tengo entendido que, también, ha tenido una edición en España.

Personalmente el libro me impresionó por la crudeza con la que relata la forma de vida de los bajos fondos paceños. La vida de los alcohólicos, de las prostitutas, de los vagos, los cargadores, los niños de la calle, los policías, los homosexuales y todo aquel que deambula por los bajos fondos, los barrios miseria, los basurales y las cantinas más increíbles e insospechadas de La Paz. Y es que Victor Hugo Viscarra no escribe con el ojo acucioso del investigador, del sociólogo o antropólogo que visita estos lugares para describirlos técnicamente, sino que lo hace como actor y testigo de primera línea. Victor Hugo Viscarra es un habitante de los bajos fondos, un alcohólico consuetudinario que durante más de treinta años ha buscado la manera de subsistir con el vicio a cuestas. Por eso su descripción es impresionante y sobrecogedora; nos ilustra sobre una vida –mejor, sin cuenta mil vidas, como él enumera- de abandono e incertidumbre y que el resto de los ciudadanos las percibimos muy de lejos, por que no las conocemos ni sentimos en su dimensión real y humana. Viscarra de manera concisa y sin rodeos nos muestra esta cara, la cara nocturna y miserable de la ciudad de La Paz. Por esto, es considerado el escritor del lumpen, el relator del verdadero underground paceño, el narrador de las miserias –no tan ocultas- de nuestra ciudad principal.

El eje transversal del relato gira alrededor del alcohol. Es el alcohol el elemento unificador y el nexo principal entre los personajes que frecuentan los diferentes lugares que se describen en la obra. Los más impresionantes son los que sirven de abrigo y escape al frío paceño, el enemigo número uno de éstos desposeídos. Ese frío que penetra y cala los huesos, y hace que los sin techo huyan permanentemente de él, en busca de abrigo o de los primeros rayos del sol, que significan el nuevo día, la liberación y el calor. Los alojamientos callejeros o lugares de abrigo se llaman torrantes y sirven para torrar, calentarse de manera precaria, muchas veces cubiertos por cartones, tomando unos tragos fuertes de cañazo, o encendiendo fogatas en basurales alejados. La vida de Viscarra, como la de sus amigos, es un permanente escapar del frío nocturno, batalla ganada, aparentemente, pero que trae aparejada pérdidas de fatales consecuencias, lo que explica que intoxicados y congelados sean encontrados cotidianamente en los suburbios de la ciudad, alimentando la morgue y los anfiteatros universitarios.

También impresionan los antros donde se bebe, muchas veces la noche entera, para torrar y embriagarse al mismo tiempo. Viscarra los conoce todos y los explica con la meticulosidad del conocedor. Sabe donde caer en este barrio, en Tembladerani, cerca del mercado, en los alrededores del cementerio, en El Alto o en cualquier villa de La Paz. Conoce su ciudad y sus antros al dedillo. Entre estos existen algunos de moda, los más mentados y visitados, los llama “las catedrales”. Personalmente, siendo universitario, conocí una de ellas: El Averno, junto a conspícuos amigos como el Pescadito, el Picasso, el Vladi, el Kiko y otros amantes de la vida nocturna, que solían buscar un lugar de remate. Como dice Viscarra, El Averno tuvo su auge entre el 75 y el 80, era un lugar animado que se ponía aburrido cuando no había por lo menos dos o tres peleas por noche.

El autor conoce también sus personajes, sobre todo a sus amigos alcohólicos. Sabido es que entre ellos existe una solidaridad y complicidad muy grande. Nunca un alcohólico bebe solo, el trago es para compartir, y el relato de Viscarra está lleno de actos de solidaridad y compañerismo entre macheteros, que comparten el mismo vicio y hace que lleven “una vida de artistas” en sus “fortines” y en “los templos del amor”, que son templos generalmente de muy baja condición.

Otro aspecto que impresiona del relato es el desapego de estos personajes desposeídos por las cosas materiales y por la vida. Como él dice, “entre los alcohólicos, prostitutas, mendigos, drogadictos aficionados al thinner y a la gasolina, delincuentes, aparapitas, etc., existe un desprecio total por la vida”, lo que podría explicar su aire de dignidad y resignación permanentes. Deambulan por la vida esperando el momento de partir y a veces, lo buscan. Los alcohólicos más decepcionados por la vida, los decididos a partir, como los elefantes conocen muy bien dónde está el cementerio. “Los que quieren morir al pie del cañón, es decir, los que quieren suicidarse bebiendo sin parar, tienen su traguerío” para tal efecto. Es el Cementerio de los Elefantes, donde en un cuarto con llave, la dueña les acomoda su colchón de paja, su lata para orinar y su balde de trago infame. Según el relato, algunos suicidas, duraron bebiendo hasta dos semanas antes de morir intoxicados.

El libro llama la atención por todas estas historias que nos aproximan más a la muerte que a la vida. “Las muertes más frecuentes entre los macheteros se deben a enfermedades pulmonares”, dice Viscarra premonitoriamente, en el capítulo que él intitula Estilos de Muerte. Y tal como lo anunciara de manera reiterada, él mismo murió joven y a consecuencia de una enfermedad pulmonar. Parece poco, pero sus pulmones aguantaron treinta años de torrantero, que significan frío, promiscuidad y soledad. La ventaja que tuvo con relación al resto de sus compañeros de infortunio es que tenía habilidad para el relato vivencial, lo que le permitió dejarnos una brutal y mágica descripción de la vida del lumpen paceño.