miércoles, 4 de diciembre de 2013

Finaliza juicio contra el decoro y la higiene

Foto tomada en lotes baldíos de Oruro, a un costado
de la avenida que la circunda. Impresiona la cantidad de
basura existente. 

He estado siguiendo a través de la prensa el juicio y la persecución que la Alcaldesa de Oruro emprendió contra la periodista Milena Fernández y que ahora terminó en una conciliación, como no podía ser de otra manera. La periodista, en un exceso descriptivo dijo que Oruro era una ciudad fétida, que no tiene cloacas y, que por ése y otros motivos, no es un centro atractivo para los turistas. Se refería, sin lugar a dudas, al exceso de basura y residuos orgánicos que existen en Oruro; residuos que naturalmente sufren fermentación y despiden malos olores.

Aunque el problema de la basura es general en nuestros centros poblados, algunas ciudades merecen el título de campeonas en materia de suciedad. Personalmente, creo que Cochabamba y Oruro se llevan la flor. Cualquier turista que vaya al aeropuerto de Cochabamba siente en su trayecto la fetidez del río Rocha, especialmente en invierno; es un hecho objetivo y no creo que su comprobación sea causante de juicios civiles ni penales en mi contra. Por el contrario, es objeto de comentarios de todo tipo entre los viandantes.
En los alrededores de Oruro existen grandes acúmulos de basura que también desprenden malos olores. Desafío a cualquier ciudadano a comprobar este lamentable hecho, fomentado, no por los periodistas sino por las propias autoridades municipales, quienes son las encargadas de la limpieza de las ciudades.
La basura, los malos olores y la falta de higiene son, en este caso, responsabilidad de la Alcaldesa, Rossío Pimentel, quien debiera ser enjuiciada por la opinión pública en cuanto a la eficiencia del cumplimiento de sus objetivos ediles.
Para el colmo de sus pesares, a los pocos días de iniciada la querella contra la Fernández, la propia Alcaldesa sintió en carne propia los efectos de la falta de higiene ambiental al sufrir una intoxicación mientras comía pollo frito, junto con su séquito de funcionarios. Terminó hospitalizada y referida a Cochabamba para terminar su tratamiento.
Como este fue otro campanazo, pero que tocaba en persona a la autoridad edil, los funcionarios de diferentes unidades del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro (GAMO) se movilizaron y desarrollaron un operativo en broasterías y restaurantes, para comprobar su adecuación a las normas y concluyeron que existen serias fallas e improvisación, además de poca higiene y sanidad al preparar los alimentos. La propia Alcaldesa terminó declarando: “Ahora fuimos nosotros, pero esto puede pasarle a cualquier persona”.

Para el colmo de las pruebas empíricas, pero que pueden convertirse en científicas, a las pocas semanas ocurrió una nueva epidemia de intoxicación alimentaria, cuando 105 estudiantes del colegio Sebastián Pagador, fueron internados por consumo de yogurt en mal estado y con envases con fecha alterada. La negligencia de las autoridades fue reconocida por la propia Alcaldesa cuando dijo: “Estamos aplicando las sanciones que corresponde. Algunos funcionarios ni siquiera han aparecido en su puesto de trabajo, mientras nosotros socorríamos a los niños para que sean internados por supuesta intoxicación”.
Como no todo es negativo en este tiempo, percibimos una reacción positiva de parte de varias instituciones que en la última semana de julio desarrollaron la Campaña “Oruro te queremos limpia” que logró recolectar 240 toneladas de basura. La campaña movilizó a m iles de orureños, a los que se les facilitó un equipo básico entre los que sobresalían las escobas y las palas. Todas las instituciones que participaron, presididas por la Gobernación, ponderaron la iniciativa, no sólo por su potencial de limpiar la ciudad, sino, sobre todo, por su capacidad de educar y generar hábitos de aseo en la población, que es la que genera la basura.
Espero que cada uno de estos episodios nos ayude a comprender la importancia de la higiene y el adecuado expendio de alimentos inocuos. En México a las intoxicaciones alimentarias las llaman “la venganza de Moctezuma”, porque son precisamente los turistas gringos los que terminan intoxicados o infectados. Espero que en Oruro no se llamen a partir de ahora, “la venganza de Milena”.

lunes, 21 de octubre de 2013

Cuarta versión del VINOFEST en Cochabamba


Reserva de ocho años que provocó más expectativas
 que satisfacciones
Suelo asistir con Lorena, quien es mi mejor referencia como catadora,  a las ferias del vino que se realizan en Cochabamba, principalmente para captar algo del desarrollo de la industria del vino en Bolivia, que es considerada como una industria sin chimeneas, de fuerte impacto en algunas economías regionales como la tarijeña, donde se encuentra su principal foco de desarrollo. Santa Cruz pareciera perfilarse como la segunda región en un futuro cercano, aunque por el momento este lugar sigue ocupándolo Camargo junto a sus valles aledaños.

En efecto, en la feria las bodegas dominantes fueron las tarijeñas, principalmente por la influencia de las más grandes y conocidas, ya con mercados y con clientes bien ganados. Entre estas brillan por sus propios méritos Kohlberg, Concepción, Campos de Solana y Aranjuez, que presentan diferentes productos varietales, reservas y hasta uno que otro Gran Reserva o vino de altura Premium. La novedad fue la botellita celeste de Kohlberg que en su etiqueta dice ser Blend, sin especificar cuáles son las variedades que lo componen. Me imagino que es una mezcla de todos los vinos sobrantes para dar con esta combinación, un poquito superior a su vino clásico que se llama Fino Tinto. Recordemos que cada una de las bodegas grandes tienen su clásico o, mejor, el vinito de mesa que los saca de apuros. Generalmente es el más barato y el más consumido. Entre estos se nota le preferencia del público por el clásico de mesa de Aranjuez, que lleva el nombre de Terruño.

En la Feria nos concentramos más bien en las bodegas medianas y en las pequeñas, que además son las que más invitan para probar, las grandes son más tacañas. Casi todas las pequeñas provenían de los valles de Camargo, a excepción de dos que provenían de Cochabamba, para salvar el honor. En el momento de degustar nuestra preferencia siempre es por los vinos secos. Lastimosamente la mayor parte de las bodegas pequeñas producen vinos endulzados, llamados Oporto, o Abocados, si son menos dulzones. En general son vinitos de baja calidad, con mucho azúcar para ocultar sus deficiencias. Probablemente sean también los más vendidos puesto que la cultura del vino en nuestro país se encuentra todavía dando sus primeros pasos. En las reuniones o fiestas populares predominan los vinitos dulces o azucarados. 

Nos impresionó mejor el vino seco de Santa Ana, la bodega de Sipe Sipe, que volvió a reaparecer en la Feria y que es, sin lugar a dudas, la más grande del Departamento, con productos pasables y baratos. No podemos decir lo mismo del vino seco de la Bodega Marquéz de la Viña, de Vinto, que tiene más cáscara que nueces. La folletería por ellos distribuida dice que su mejor producto es un Cabernet Sauvignon Reserva 2013, de uvas producidas en el valle de Cochabamba,  y caldos criados en barricas de “roble chileno”.  Preferimos creer que se trata de un error de edición antes que de un error de concepto, de lo contrario, tendrían que aclararnos el lugar dónde se encuentran los viñedos cochabambinos y el lugar de dónde procede el roble chileno. Lo que si, ya es imperdonable, es que llame como Reserva a ese vino tierno, producido en 2013. La susodicha propaganda nos obliga a pensar en la necesidad de normar mejor nuestras apelaciones en Bolivia. No se puede llamar Reserva a cualquier cosa, lo mismo aquí que en Tarija. La mejor definición de Reserva la tienen los españoles, vino de 36 meses, de los cuales por lo menos 12 meses en barricas de roble francés o americano. 

De cualquier manera, parece que el best seller de esta bodega es una botellita pequeña con tapón de hojalata, de un vino rosado llamado Evita, que dice ser dulzón y delicadamente gasificado.  Por lo menos en la Feria fue el más promocionado entre los jóvenes. No nos apetecía el probarlo. 

Si pretendo calificar con un denominador común a los vinos secos de bodegas pequeñas y tratando de no ser muy severo, diré que predominantemente son muy tiernos, un tanto ácidos o metálicos, o cuando menos con sabores excesivamente tánicos. No tengo en la memoria ninguno que me haya impresionado por su elegancia o equilibrio. Tal vez he probado muy rápidamente una cantidad grande de estos vinos, donde es más apreciada la calidad del trato de sus propietarios o representantes que la calidad de sus mostos. Hay mucho camino por recorrer para salvar la brecha entre los grandes productores y los pequeños. 

Mi mayor atención ha sido para los vinos nuevos de bodegas medianas. Estuve atento a la presentación del vino 1750 que, finalmente y pese a estar anunciado, no apareció. Este es un vino que ya lo he probado antes en Samaipata, de donde es originario. Es un vino con grandes pretensiones y con un desarrollo lento pero seguro, respaldado por sus 6 hectáreas de uva seleccionada y regada con micro gota. Sus botellas no son baratas. Por lo mismo, es un vino que queríamos degustarlo junto a los vinos de las otras bodegas en aparición, entre ellas la más anunciada, la Bodega Sausini, que en su escaso recorrido ya exponía una medalla de Plata en Sevilla 2011. Personalmente me gustó más su Merlot 2010 que su Cabernet Sauvignon, aunque ambos son bastante equilibrados. Hacia delante, pareciera que un vino Sausini puede recomendarse en cualquier mesa donde se pretenda beber buen vino nacional. Ni qué decir de la ya prestigiada botella de Magnus,  bodega que se consolida en el gusto de los amantes del buen vino año tras año. Esta vez aprecié sus dos bi varietales, el Merlot-Cabernet 2008, y el Sirah-Cabernet 2009, ambos de gran complejidad y mucho cuerpo. A la salida me acerqué al stand para comprar una botella más de este último, pero no quedaba ninguna. El dependiente muy contento me dijo que había vendido las 100 botellas que llevó esa noche.  

Para escuchar el concierto de los cantores chaqueños nos llevamos a la mesa un Casa Grande, que nos impresionó por su etiqueta: Cabernet Sauvignon, Reserva del 2005. Por los años y la variedad parecía la mejor escogencia. No resultó así. Le faltaba cuerpo, más color y más tanino. Un poco flaco para lo que esperábamos después de tanta maduración. Pero pasó, con buena música y mejor compañía.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Exitosas II Jornadas Internacionales de Salud Pública


Algunos de los organizadores y conferencistas de las jornadas
de salud pública en Santa Cruz
Entre el 7 y 9 de agosto último tuve la oportunidad de participar en las II Jornadas Internacionales de Salud Pública, organizadas en la ciudad de Santa Cruz por la Sociedad Médica cruceña de Salud Pública (SOMECRUSP), evento que abre las esperanzas de revivir un poco las agonizantes sociedades de salud pública, cuya situación de crisis me resulta inexplicable.  No es la primera vez que SOMECRUSP organiza un evento de esta naturaleza; ya en 2009 había organizado las Primeras Jornadas, con un éxito similar.

Después de cuatro años y, esta vez de la mano de un nutrido grupo de mujeres salubristas, esta sociedad que agrupa a los médicos salubristas cruceños, vuelve a movilizarse y realizar un evento de alto valor técnico. Sin duda que todo el grupo es merecedor de los elogios, pero no resulta exagerado ponderar la tarea de conducción de su Presidenta, la Dra. Gloria Bacherer de Quiroga, quien con seriedad y trabajo puntilloso ha logrado, junto a su equipo, elaborar un sólido programa académico, conseguir auspicios importantes y la participación de un buen número de profesores y conferencistas durante los tres días del evento. Resalta la participación de la OPS/OMS con tres consultores encargados de  las áreas de servicios, recursos humanos y medicamentos.

También participó el Dr. Javier Torres Goitia, quien pese a su edad mantiene la lucidez necesaria para transmitir sus conocimientos y experiencias. El Dr. Torres recibió un justo homenaje por parte de los organizadores como reconocimiento a su labor de Salubrista y exministro.

Un segundo homenaje fue realizado al comienzo del evento,  en memoria de Tabaré Gonzáles, cuya muerte no era de mi conocimiento hasta ese momento. Al respecto quiero sumar mi homenaje personal a Tabaré, con quien tuve la oportunidad de trabajar cuando él asesoraba precisamente la gestión del Dr. Torres. Tabaré llegó al país procedente de Nicaragua, donde también había trabajado en la implantación de un sistema integrado de atención primaria durante el primer gobierno sandinista, que posteriormente fue desarticulado. En Bolivia, una de sus primeras ocurrencias fue conformar el GAE (Grupo de Análisis Estratégico), de reducido número y destinado a fijar las principales estrategias en salud del gobierno de la UDP. En los meses que me cupo trabajar en el GAE pude comprobar el aguzado sentido político de Tabaré, un sentido que siempre he admirado en algunas personas, mediante el cuál son capaces de descubrir el camino más propicio para lograr los objetivos programáticos. Tabaré tenía un sentido político privilegiado. 

Fue un luchador consecuente y leal a sus principios. De retorno al Uruguay, después del exilio, trabajó incansablemente para el Frente Amplio al cual representó en diferentes cargos, hasta ocupar el cargo de Intendente Municipal de Montevideo en reemplazo del flamante Presidente, Tabaré Vásquez. Su partida causó pesar y congoja entre sus compañeros de militancia y sus amigos, que eran muchos dentro y fuera del Uruguay. 

Por lo demás, los tres días de las Jornadas de Salud Pública, estuvieron saturadas de densas como sólidas conferencias sobre diferentes aspectos de la organización y manejo de los sistemas de salud. Me tocó la oportunidad de hablar sobre los determinantes sociales de la salud y sobre la Atención Primaria Renovada y su relación con la Promoción de la Salud, cuya actualización es de interés general, sobre todo en momentos en los que se plantea  la implantación de un sistema de salud integral e intercultural. 

Un buen evento. Buena organización y, sobre todo, un estímulo positivo para levantar las asociaciones de salubristas en el país.   

domingo, 14 de julio de 2013

SSPAM: un seguro muy inseguro


Anciano divirtiéndose en un pueblo boliviano
Ya en 1996 se instituyó el Seguro de Vejez que sería financiado con aportes de la Lotería Nacional de Beneficencia y Salubridad los que, como sabemos, eran más impredecibles que sus propios sorteos y juegos de azar.  En 1998 se intentó dar otro paso adelante configurando el Seguro Médico Gratuito de Vejez (SMGV)  que pretendía homologar las prestaciones de todos los adultos mayores según lo establecido en el Código de Seguridad Social, pero tuvo también gruesas falencias, principalmente en su financiamiento. Finalmente, se crea el Seguro de Salud para el Adulto Mayor (SSPAM) mediante la Ley Nº 3323 del 16 de enero de 2006 que pretende dar prestaciones integrales y gratuitas a personas mayores de 60 años. De acuerdo con esta Ley el monto del aporte per cápita para el funcionamiento del SSPAM es de 56 Dólares, 60 por ciento provenientes del Tesoro General de la Nación y 40 por ciento de los municipios.

Con el SSPAM se pensó que habría un salto cualitativo y de mejora del seguro, pero los resultados demuestran lo contrario. Se ha complicado su funcionamiento poniendo en entredicho el apoyo más importante con el que contaba, cual es el convenio con la Caja Nacional de Salud, su mayor operador. La CNS atendía a más del 80% de los asegurados, la mayor parte residentes urbanos, puesto que los adultos mayores del área rural prácticamente no acceden con regularidad a los servicios  de la caja, casi todos en las ciudades por ser de nivel secundario o terciario.  La incorporación de la caja más importante a la atención de los adultos mayores no asegurados fue, sin duda, un logro que ahora  se ha puesto en situación de crisis por las deudas del estado y, principalmente, de los municipios. Únicamente en Cochabamba los municipios deben cerca de 110 millones de Bolivianos, razón por la que la CNS de ese departamento ha decidido, de manera unilateral, suspender la atención de los ancianos aduciendo la enorme deuda estatal y su incapacidad física de seguir atendiendo  a este grupo de asegurados. Paradójicamente, el 80% de esta deuda correspondería al Municipio del Cercado. Después de esta ruptura los ancianos cochabambinos se encuentran a la deriva, buscando un servicio que los acoja.

Sin embargo, lo que se ve es el iceberg del problema: ancianos, la mayor parte urbanos,   urgidos por sus dolencias crónicas, buscando respuesta a sus necesidades y perdiendo la esperanza de aquello que se les ha ofrecido. En el fondo de éste témpano existen miles de otros ancianos viviendo, la mayor parte de ellos, en lugares inaccesibles, con poca posibilidad de llegar a servicios especializados por la distancia, el costo y la incertidumbre. Para ellos no hay CNS ni ninguna otra caja, puesto que éstas sólo funcionan en las ciudades.

Se estima que existen alrededor de 600.000 adultos mayores de 60 años en el país. De estos únicamente el 28% cuenta con seguro de salud en su calidad de jubilados o rentistas. Otro tanto podría estar afiliado al SSPAM, y el resto, o sea casi la mitad de los ancianos, no tiene ningún tipo de seguro.

Entre los múltiples errores de planificación y funcionamiento de este seguro, posiblemente el más alarmante es la falta de cumplimiento por parte del Estado en sus  compromisos financieros. La falta de cumplimiento de los gobiernos municipales en el aporte de su quota parte es un tema que merece profunda reflexión, puesto que ellos son ahora los más directos responsables de la salud de sus propias poblaciones, sin embargo, pareciera que no se han percatado de ello. No solo son los adultos mayores, son todos los grupos de edad; es la falta de medicamentos y de insumos, en suma, es el no funcionamiento adecuado de la red de servicios municipales lo que hace sentir el desorden sanitario que culmina en la sobrecarga de los hospitales de tercer nivel.

La implantación de la red de servicios debiera tener como grupo de prueba a los adultos mayores, de manera que el sistema atienda en todos los centros y hospitales, desde el primer, al segundo y tercer nivel. Si la atención es adecuada, cálida y oportuna, los de la tercera edad estarían prestos a hacerse fieles usuarios de sus servicios más cercanos,  sabiendo que éstos cuentan con el apoyo y supervisión de los servicios más especializados.

Por lo demás, resulta irónico que en cada crisis o por cualquier motivo se tenga que registrar nuevamente a los ancianos, fatigándolos con filas interminables siendo que se cuenta con los puntillosos registros biométricos de la Renta Dignidad, que debieran servir de base de datos para elaborar las listas de asegurados en cada municipio y para estimar la quota parte que se debe asignar a cada uno de ellos por las atenciones otorgadas. La presentación del carnet de esta renta podría ser la puerta de ingreso para su seguro de salud, que debe ser cálido y amigable antes que burocrático y tedioso.

viernes, 7 de junio de 2013

La desfalleciente cumbre de la salud


Hace más de un año el Presidente Evo Morales lanzó una rimbombante convocatoria para la realización de una cumbre nacional destinada a debatir la revolución de la salud pública en Bolivia. Lo hacía como reacción a su fallido intento de aplicar el decreto 1126, mediante el cual pretendía reponer las 8 horas de trabajo para los médicos y los trabajadores de la salud, sin hacer, correlativamente, un justo aumento salarial. En ese momento, creímos que el gobierno ya no se contentaría con aumentar las horas de trabajo de los médicos, sino que buscaría cambiar totalmente la salud en el país. El anuncio, sin lugar a dudas, despertó mucha expectativa y esperanza, toda vez que el sector salud es uno de los lados flacos del estado plurinacional y, sin duda, la salud es una de las falencias mayores de la población, que tiene de los peores indicadores en la región.

El Presidente, prácticamente ordenó a sus subordinados a realizar la I Cumbre para la Revolución de la Salud Pública en julio del 2012. Un año después no se tiene ni fecha para su realización. La inoperancia de sus mandos medios, la anarquía que imprimen los sectores involucrados, el carácter burocrático y administrativo de su proceso de organización, la falta de objetivos políticos claros y socializados, no han permitido la realización de la cumbre y, como van las cosas, su proceso de gestación llevará a un inevitable fracaso o a la obtención de resultados anémicos. 

Este proceso que debía estar signado por la acumulación de fuerzas, concentración de voluntades y objetivos, se ha caracterizado, más bien, por la dispersión y el boicot de sus resultados. Es difícil percibir cuáles son los objetivos principales de la cumbre y cuáles son los aliados del gobierno que estarían dispuestos a fajarse por ellos. 

La ampulosa convocatoria para la Cumbre lanzada por el Ministerio de Salud y Deportes más parece el índice de su actual programa de gobierno, en el cuál no se percibe la fuerza del objetivo supremo ni las estrategias más importantes para lograrlo. Sin duda este objetivo es la construcción del nuevo sistema de salud, universal y gratuito, mismo que no está inscrito en los ejes temáticos de la discusión previa, la que debía realizarse en cada uno de los departamentos. Los ejes temáticos de la convocatoria tienen demasiada dosis técnica, con exagerado detalle para lograr consenso con relación al sistema único. Por ese camino la discusión se irá por las ramas y no se logrará nunca el consenso que se pretende para universalizar la salud. 

Los que parecen beneficiarios y los que son los actuales ofertores de la salud, son los primeros en echar piedras y cerrar el camino hacia la medicina socializada. Más o menos lo que pasa con el actual sistema de pensiones, donde, como lo expresa el propio gobierno, los intereses de unos cuantos sectores sociales se vuelcan contra los intereses de las mayorías, las más pobres y no corporativizadas. Con el Sistema Único de Salud ocurre otro tanto porque más priman los intereses de grupo, de sindicato o de corporación y nadie está dispuesto a ceder nada de su parte para lograr la ansiada equidad en salud.
 
De esta manera, la discusión central hacia la cumbre y en ella, debiera girar principalmente sobre el sistema universal de salud que queremos (si es que lo queremos) y cuáles serán las estrategias para lograrlo. Cómo haremos para unificar el sistema tan fraccionado e insuficiente para dar cobertura a toda la población y cuáles serán los recursos que moveremos para cumplir con las metas trazadas. 

No solo se ha perdido un año para concretar la “revolución en salud”; en realidad se han perdido siete años, la mayor parte en divagaciones parecidas, olvidando que las grandes decisiones son políticas y programáticas, y deben lanzarse cuando la correlación de fuerzas lo permite. A un año de las elecciones nacionales, con cientos de conflictos en marcha, parece irrealizable la desfalleciente cumbre y, lo que es peor, parecen inalcanzables sus posibles resultados.

viernes, 17 de mayo de 2013

El cáncer cervicouterino en Bolivia


Tal como sucede en la mayor parte de los países pobres, el cáncer cervicouterino es un grave problema de salud pública en Bolivia. Junto con Haití y Nicaragua tenemos las mayores tasas de incidencia y mortalidad por esa causa en Latinoamérica. Su incidencia es de 58 cánceres por cien mil mujeres y su mortalidad es de 22 mujeres por cien mil. Una de las más altas del mundo.

El actual  programa nacional, basado en su diagnóstico temprano para disminuir la aparición de casos nuevos de carcinoma invasor, tiene un impacto casi nulo en la conducta de esta mortífera enfermedad. Su mortalidad permanece inalterable.
 
Si bien se han dado algunos pasos para implementar lo enunciado en el programa, su ejecución está lejos del enunciado teórico. El programa se basa en el tamizaje de los casos a través de una prueba aparentemente sencilla, conocida como la prueba de Papanicolau (PAP) que, para ser útil, debe realizarse por lo menos en el 80% de las mujeres sexualmente activas.  Las estadísticas últimas del Ministerio de Salud indican que el máximo alcanzado en un año fue de 312.374 PAPs, lo que significa que su cobertura no alcanza ni al 10% de las mujeres en la edad objetivo. Las mismas estadísticas son gruesas y cuestionables, no pudiendo discriminarse la incidencia ni el alcance del programa por los grupos de edad alcanzados, ni los sectores de población cubiertos. Tampoco se tienen datos de los resultados de los exámenes. No se conocen cuantos de estos 300 mil PAPs han sido leídos y cuales son sus resultados. Si finalmente sirvieron para algo y cuántas mujeres se beneficiaron con sus resultados a través del tratamiento adecuado que les permita revertir su cuadro.

La organización de los laboratorios que leen y dan los resultados de los PAPs es también confusa. En una época en que se tiende a centralizar  los laboratorios, de manera que trabajen a escala, continúa la dispersión y multiplicación de laboratorios pequeños. Los laboratorios privados no escapan a esta realidad. La OMS aconseja que los laboratorios, para poder trabajar con parámetros de calidad y control, debieran leer por lo menos 30.000 placas cada año. Con menos de esa cantidad es difícil responder a las exigencias técnicas de un programa intenso y exigente como debe ser un programa destinado a controlar este cáncer.

La cuestión se complica por la eterna discusión entre los clínicos de no aceptar las normas que emite el Ministerio de Salud. Uno de los temas de permanente discusión es la edad de inicio de los exámenes dentro del programa. El Ministerio ha establecido los 25 años como edad de entrada en el programa. Nosotros somos más conservadores y consideramos que la edad objetivo debe ser desde los 35 años hasta los 65, de manera inicial, para después en la medida que se consolide el programa y sus componentes, se pueda ampliar hacia otros grupos de edad, principalmente el grupo de 25 a 35 años. La incidencia en los primeros años es elevada, pero no así la mortalidad, puesto que el cáncer tiene un largo proceso de evolución y la mayor parte de las lesiones tempranas tienden a revertir de manera espontánea.
 
Lo más importante es no repetir los exámenes en las misma mujeres, generalmente de clase media, que viven en las ciudades y tienen acceso a los servicios de salud, que ellas mismas los buscan, sino llegar a las mujeres más pobres, en las que cunde la enfermedad, no tienen acceso a los servicios o tienen temor de ellos. Si por lo menos llegásemos una vez en su vida,  al 80% de todas las mujeres en los grupos de edad indicados, el impacto sería considerable e importante. Esto evitaría, además, que las mismas acciones se repitan reiteradamente en las misma mujeres que, de por sí, ya tienen protección o cobertura. Permitiría llegar a las mujeres que aportan con la mayor cantidad de muertes por esta causa completamente prevenible o curable.
 
Es posible que ni con estas acciones draconianas e intrépidas podamos todavía cambiar el curso de la enfermedad. Estamos partiendo de muy abajo, en condiciones y organización deficitarias. Existen sistemas que no funcionan, como el sistema de referencia a los servicios de mayor nivel y el de contrareferencia, que prácticamente no existe. Los pacientes se pierden en el camino de ida o en el de vuelta, y los resultados de las acciones no llegan a cumplirse o no se cuantifican.

Frente a esto, es preciso trabajar de manera integral en varios campos de la salud pública, principalmente la promoción de la salud, la prevención de los factores de riesgo, la detección temprana de la enfermedad y su tratamiento oportuno. También es importante explorar dos estrategias poco o nada desarrolladas. La primera es introducir con fuerza un nuevo método de diagnóstico, que ya está incluido en las normas nacionales pero que no merece atención  por parte de los especialistas por desconfianza o menosprecio de sus recursos. El método se conoce como IVAA (Inspección Visual con Acido Acético) que permite observar a simple vista la tinción con vinagre del cuello uterino y tratar inmediatamente con crioterapia las lesiones precancerosas de bajo grado en el mismo lugar donde las mujeres viven. La crioterapia requiere de un equipo de tecnología sencilla que emplea un gas comprimido para congelar y destruir las células anormales; no necesita electricidad y  puede ser realizado por personal capacitado de nivel medio. Su aplicación permitiría reducir la carga de la referencia a niveles superiores para mujeres que viven lejos de los servicios de salud, disminuyendo su  pérdida casi segura. Es un método que se difunde en el mundo y ya ha sido adoptado por más de 50 países pobres.
 
La segunda estrategia es la aplicación masiva de la vacuna contra el Papilomavirus (HPV) que permitiría reducir radicalmente la incidencia en los grupos más jóvenes. El precio inalcanzable de hace pocos años ya no es un problema, puesto que se han logrado rebajas de hasta 4,5 dólares por dosis de vacuna.
 
Lo anotado nos permite concluir que para tomar por las astas el programa nacional de control del cáncer cervicouterino, se necesita mucho entusiasmo, voluntad y fuerte financiamiento, requisitos mayores para reducir la tendencia de este terrible como curable mal.

viernes, 8 de marzo de 2013

¡Hospital de Tercer Nivel en Punata!


Hospital de Tercer Nivel con construcción paralizada por serios
cuestionamientos a su estructura
Antes y después de su posesión como Alcalde electo de Punata, el señor José Gonzáles prometió la construcción de un Hospital de Tercer Nivel en su municipio. La idea fue secundada por autoridades gubernamentales del departamento y del país. El Asambleísta Departamental del Valle Alto, Milton Zerna, expresó que entre las principales obras propuestas en esta gestión está la concreción de este hospital. Al comienzo de su gestión el Alcalde electo ya anunció que mantuvo reuniones con autoridades, directivos hospitalarios y subcentrales para comenzar a planificar los dos años de gestión que le restan, donde, si es consecuente con lo anunciado, deberá construir el mentado Hospital de Tercer Nivel, que muy bien le gustaría tener al Departamento de Cochabamba en su conjunto.

O sea desde el punto de vista político parece que todo está listo. Falta saber lo que pasa desde el punto de vista técnico.

¿El Municipio de Punata podrá hacerlo mejor que el del Cercado? ¿Tiene la población, los recursos humanos y materiales para hacerlo? ¿Por qué incluye en su agenda política una tarea que ahora es del Gobierno Departamental? ¿El talón de Aquiles del sistema de salud son los hospitales de tercer nivel o más bien, los de menor nivel? Estas son algunas preguntas que debieran hacerse los planificadores de la salud departamental antes de ofrecer nada en materia de infraestructura hospitalaria.

Punata tiene una población cercana a los 50.000 habitantes. Las recomendaciones del propio Ministerio de Salud hablan de tener un Centro de Salud con Camas por cada 40.000 habitantes. Sin embargo, y tal vez por atender a otras localidades del Valle Alto, Punata ya dispone en la actualidad de un Hospital de Segundo Nivel, que es uno de los 14 hospitales potenciales de segundo nivel que tiene Cochabamba y que muy bien podría ser reforzado. De estos, sólo cinco funcionan regularmente y cumplen las funciones para las que fueron construidos. Es justo reconocer que el Hospital de Punata parece ser uno de los mejores cinco hospitales de segundo nivel que tiene el Departamento, según criterio de las propias autoridades del SEDES, criterio que está sujeto al análisis de su propia información estadística. Según los del SEDES, los otros hospitales que podrían ser calificados como de Segundo Nivel son los de Sacaba, Quillacollo, Villa Tunari e Ivirgarzama, capaces de resolver problemas de salud de mediana complicación. Los otros nueve hospitales llamados de segundo nivel, no cumplen esta función y terminan siendo nada más que simples edificaciones, sin recursos materiales ni humanos y sin cumplir la función social para la que fueron creados. Hasta hace poco existían en el Cercado otras cuatro edificaciones para hospitales de segundo nivel en construcción lenta o semiparalizada, y otra construcción para tercer nivel, paralizada en los mismos predios del Hospital General, quien sabe por qué designios maléficos.

Si todo este potencial de segundo nivel se ejecutara y cumpliera adecuadamente, probablemente la situación de la demanda hospitalaria sufriría un cambio radical en el Departamento, que al igual que en el resto del país, tiene su mayor déficit en los hospitales de segundo nivel y, ni qué decir, en los centros del primer nivel.

En el país, la disponibilidad de camas en el Nivel III supera el nivel estándar de 2 camas por 1000 habitantes, en tanto que en el Nivel II no llega ni a la mitad, principalmente en el área rural. El Nivel I no solo que no cumple el aspecto cuantitativo sino que está lejos de cumplir los requerimientos cualitativos para una buena atención. De entre estos, lo más preocupante es el bajo índice de ocupación de sus escasas camas, principalmente en los hospitales básicos y en los centros de salud con camas, lo que exige una distribución más racional de estos recursos, utilizando criterios técnicos que eviten, además, duplicación de servicios o de construcciones.

Nuestro más importante hospital, el Hospital Viedma, adolece de una serie de deficiencias y hace lo imposible para sobrevivir como Hospital de Tercer Nivel. De vez en cuando se queda sin medicamentos por descuido de los burócratas municipales de comprar a tiempo los medicamentos (veremos qué pasa con el nuevo responsable: la Gobernación). La falta de medicamentos en los dos primeros niveles hace que la gente acuda en masa al nivel superior por cualquier motivo nimio, aunque crónicamente los pacientes van al tercer nivel a ser atendidos hasta de un simple resfrío. Esto provoca congestión de pacientes y falta de recursos humanos y materiales. Sus directivos hacen malabares para mantener su nivel no solo de atención, sino académico y científico. Y es que un Hospital de Tercer Nivel es un centro de la más alta especialidad, donde no solo debe atender la internación por especialidad y sub-especialidad, sino también la atención ambulatoria de especialidad, los servicios complementarios de diagnóstico y tratamiento de alta tecnología y complejidad. En teoría, además, debería realizar  acciones de promoción, prevención y rehabilitación sanitaria.

Resulta muy fácil para los políticos de hacer ofertas de campaña y, peor aún, de construir edificios que quedan como monumentos a la demagogia y a la improvisación, de los cuales tenemos muchos ejemplos en nuestra tierra. De cumplirse el ofrecimiento del Alcalde Candidato por parte del Alcalde Electo, el futuro Hospital de Tercer Nivel de Punata está destinado a convertirse en uno más de estos elefantes blancos, construidos al fragor de las campañas eleccionarias y sin sustento técnico. En caso de que esto suceda su futuro está claro, será de despilfarro, desocupación  e incertidumbre.