sábado, 17 de junio de 2017

Pura Vida y el concepto de inocuidad del SENASAG


Por Fernando Rocabado Quevedo, Médico Salubrista.

Son de la misma fábrica, tienen gran diferencia de
 precio y ambas se venden como leche en los mercados
Con relación al escándalo internacional surgido a raíz del cuestionamiento de la conducta engañosa del grupo lechero Gloria, algunos países han prohibido la venta de su producto Pura Vida. En Bolivia, las autoridades del SENASAG han adelantado que Pura Vida cumple con las normativas del SENASAG puesto que aquí esta bebida se llama “producto lácteo” y no leche.  Al cumplir las normas, dicen, el alimento es inocuo para el que lo consume. Es más, según su análisis de laboratorio último, han encontrado correlación entre los ingredientes enumerados en su etiqueta y los resultados de laboratorio.
Si las autoridades aseguran que este alimento es inocuo, significa que es libre de peligro y que su ingestión no producirá enfermedad si se lo consume de manera adecuada. Tengo la impresión que los del SENASAG sólo están considerando enfermedades o peligros de tipo agudo o inmediato, como las diarreas. Pero, ¿tienen la misma certeza con relación a las reacciones crónicas o de largo plazo? No olvidemos que el consumo de la leche y sus derivados es casi de por vida, comenzamos a consumirlos a diario desde que nacemos hasta que morimos, por lo que debemos tener la confianza en su inocuidad durante todo nuestro ciclo de vida.
La fórmula de la bebida cuestionada es bastante compleja, dice contener: leche descremada, suero de mantequilla en polvo, Maltodextrina, grasa vegetal, sal, Vitaminas A y D, emulsificante (SIN 322), estabilizantes (SIN 229ii) (SIN 407), colorante (SIN 160b ii), y esencia artificial de leche. Son once componentes los que debieran ser analizados en calidad y cantidad para convencernos de que el conjunto es verdaderamente inocuo.
La primera pregunta que surge es ¿por qué desgrasan la leche para volverla a engrasar con productos de menor calidad que los que tenía naturalmente?
Generalmente, cuando se adicionan grasas vegetales, éstas son las grasas más baratas del mercado, provenientes de la palma aceitera o de coco. Por eso se oculta su origen. Si fuera aceite de oliva se pondría su nombre grande y en mayúsculas, pero como no es así se procura ocultar el origen. El aceite de palma vale seis a siete veces menos que el de oliva y es el más usado por este tipo de industrias.
El análisis de laboratorio debería indicarnos esto, y además decirnos si son grasas vírgenes o por lo menos obtenidas por prensado en frio, puesto que lo que ocurre generalmente es que convierten a los aceites líquidos en grasas sólidas, hidrogenándolas y sometiéndolas a temperaturas elevadas, para aumentarles el tiempo de vida útil y el sabor; así las convierten en las temibles grasas trans, insaturadas, que aumentan el colesterol malo y los triglicéridos, por lo tanto a largo plazo producen problemas cardiovasculares.
La maltodextrina es un aditivo polímero de glucosa, resultante de la hidrólisis del almidón o la fécula del trigo, yuca, centeno, plátano o arroz. Es ampliamente utilizada en la industria alimentaria principalmente como espesante y por la sensación de estómago lleno que produce. Como cualquier azúcar produce demasiados picos de insulina, aumento de peso y reacciones alérgicas, por su contenido en gluten, según su procedencia.
El estabilizante (SIN 407), es nada menos que la carragenina, un espesante natural y gelificante que es obtenido de algas rojas, y que últimamente es considerado como estabilizante peligroso, no recomendado para niños ni mujeres embarazadas. En estudios con animales ha demostrado que puede producir ulceras y hemorragias intestinales; carece de propiedades nutritivas y potencialmente puede ser cancerígeno.
El (SIN 339ii) es el Ortofosfato Disódico, acidulante natural y corrector de la acidez, obtenido de rocas minerales, muy difundido; en grandes dosis puede producir hiperactividad y problemas digestivos. Se recomienda tomarlo con precaución.
El emulsificante E-322 es la lecitina, probablemente de soya, que sirve para unir la grasa con el agua, es considerado como un aditivo seguro, aunque por su contenido rico en calorías tiene el potencial de engordar. También el colorante (SIN 160b ii) es considerado como seguro, proviene de las semillas del achiote. Lo mismo que el suero de mantequilla en polvo.
Nos sorprende en la fórmula la presencia de esencia artificial de leche, seguramente para darle más credibilidad como producto lácteo, de lo contrario no tendría razón de estar. Generalmente son aditivos químicos aromáticos con diluyentes, como el agua y el alcohol.
También llama la atención la presencia de tantos espesantes, lo que puede indicar que el aumento de densidad proviene de su acción, cuando debería venir de la evaporación del agua de su escasa leche descremada.
Como se verá, Pura Vida es un alimento complejo, altamente procesado, con tecnología de punta, que contiene ingredientes peligrosos y algunos inofensivos, pero que en conjunto no puede ser calificado de inocuo, principalmente considerando su consumo de largo plazo. Con él pareciera cumplirse aquello de que un alimento mientras más procesado es menos saludable.
Considerando la simpleza de la reacción del SENASAG me parece oportuno tener la opinión del Ministerio de Salud, que hasta ahora no ha dicho nada, pese a ser la verdadera autoridad sanitaria. Personalmente he tomado la decisión de volver a mis orígenes y tomar las leches más naturales posibles, sin aditivos de ninguna clase.  La leche evaporada que cumple mejor esta expectativa en el mercado es la PIL, pero paradoja, está fabricada también en Arequipa y cuesta 30% más que la Pura Vida. Y yo que pensé que todo producto PIL era nacional y cochabambino; con esto se demuestra que no somos más que comercializadores de malos productos, incapaces de producir nuestra propia e inocua leche evaporada.

martes, 6 de junio de 2017

Grupo Gloria comercializa engañosamente productos no lácteos


Por Fernando Rocabado Quevedo
Etiqueta engañosa que muestra una vaca como
figura dominante

En días pasados me llamó la atención la decisión del Gobierno de Panamá de prohibir la importación de la bebida de la marca Pura Vida, por no ser leche, tal como insinúa en su etiqueta, que tiene dibujada una vaca en medio de un campo de pastoreo con más vacas en el fondo.
La medida proviene del análisis realizado por el Departamento de Protección de Alimentos (DEPA), del Ministerio de Salud de Panamá que concluyó que dicho producto “no cumple con la norma CodexStan1-1985 (norma general para etiquetado de alimentos pre envasados), ni con su normativa nacional. La medida fue refrendada por la AUPSA (Autoridad Panameña de Seguridad de Alimentos) que también afirmó que la marca Pura Vida sugiere que la bebida contiene leche y no es así.
La norma del Codex mencionada, en sus principios generales dice textualmente: “3.1 Los alimentos pre envasados no deberán describirse ni presentarse con una etiqueta o etiquetado en una forma que sea falsa, equívoca o engañosa, o susceptible de crear en modo alguno una impresión errónea respecto de su naturaleza en ningún aspecto. 3.2 Los alimentos pre envasados no deberán describirse ni presentarse con una etiqueta o etiquetado en los que se empleen palabras, ilustraciones u otras representaciones gráficas que se refieran a -o sugieran, directa o indirectamente- cualquier otro producto con el que el producto de que se trate pueda confundirse, ni en una forma tal que pueda inducir al comprador o al consumidor a suponer que el alimento se relaciona en forma alguna con aquel otro producto.”
En un principio el poderoso Grupo Gloria trató de defender y justificar su engaño, pero tuvo que ceder ante la evidencia científica y normativa expuesta por el gobierno panameño, cuyo accionar viene llamando la atención de otros gobiernos de la Región. Al final los de Gloria aceptaron cambiar la etiqueta, evitando toda mención a la leche y cambiando las palabras “leche modificada” por “alimento evaporado”.
La repercusión de lo obrado en Panamá no se dejó esperar en el Perú, donde Gloria tiene la base de su emporio. Los peruanos aducen que de acuerdo a su Norma Técnica sobre “Leche y Productos Lácteos. Definiciones y Clasificación” (NTP Nro.  202.085.2006) y de acuerdo al “Códex Alimentarius”, sólo puede denominarse leche a la secreción mamaria normal de animales lecheros obtenido mediante ordeño. En otras palabras, la leche proviene únicamente de la ubre de un animal, en tanto que la bebida que se está comercializando tiene otros elementos en su elaboración, por lo que no se puede promocionar como leche evaporada.
Las empresas competidoras se han sumado a la denuncia, calificando al accionar de Gloria como de competencia desleal por basarse, además de lo indicado, en publicidad comercial engañosa.
En ambos países se han sumado, también, las asociaciones de consumidores y usuarios; las defensorías de los habitantes y organizaciones profesionales.  La asociación de consumidores del Perú ha ampliado su investigación a otras empresas, lo que le ha hecho incluir en su denuncia a “Reina del Campo” de Nestlé, por no cumplimiento de la legislación nacional, razón por la que no pueden ser comercializadas en Perú bajo la denominación de “leche evaporada”, por contener otros compuestos como “leche de soya”, “saborizantes” o “aceite vegetal”. Según la Norma Técnica Peruana “leche evaporada” es el producto obtenido mediante eliminación parcial del agua de la leche sea por el calor o por cualquier otro procedimiento que permita obtener un alimento con la misma composición y características.
Estas instituciones, al comprobar que este tipo de productos son un engaño y violan el Código de Protección al Consumidor, están solicitando una sanción ejemplar para las empresas sindicadas y su retiro del mercado.
En Bolivia la situación puede verse más complicada, primero por la falta de un buen sistema de protección de alimentos, que incluya la supervisión y revisión del etiquetado de manera eficaz y, segundo, por el abuso de estas empresas grandes que se concentran más en sus réditos, se concentran más en la comercialización de productos importados que en la producción de calidad de productos lácteos nacionales.  Ya llamó la atención, en los últimos años, los bajos precios alcanzados por la leche, con el consiguiente perjuicio de los productores. Pareciera lógico que la utilización de productos vegetales para suplir a los componentes de la leche produce mayores ganancias, todo a costa de engañar al consumidor.
La bebida Pura Vida se vende generalmente junto
 a los productos PIL
Hemos revisado la existencia del producto Pura Vida en tiendas y supermercados y encontramos las mismas características que las denunciadas en Panamá y Perú.  Es producido por Gloria en Arequipa y es importado por PIL Andina. Se comercializa con la foto de una inocente vaquita, y con el enunciado en letra pequeña de “Alimento Lácteo Evaporado”.  Entre sus componentes dice contener leche descremada, suero de mantequilla en polvo, Maltodextrina, grasa vegetal, sal, Vitaminas A y D, emulsificante (SIN 322), estabilizantes (SIN 229ii) (SIN 407), colorante (SIN 160b ii), y esencia artificial de leche. Toda una fórmula compleja para reemplazar a lo que sería una simple leche deshidratada.
Me parece que es momento de que las autoridades de salud y de control sanitario tomen, a partir de este caso, las riendas del asunto y controlen y normen los productos lácteos para evitar situaciones engañosas como la denunciada con este producto.  No podemos llamarlo ni hacer creer que es leche, cuando su naturaleza ha sido profundamente alterada.
Es una buena oportunidad para pensar en el mejoramiento de nuestra normativa de etiquetado y de educación de nuestros usuarios en la lectura de las etiquetas y su contenido. Todavía pensamos que todo lo que viene enlatado es lo mejor y más sofisticado. Pero por lo visto, ningún sustituto será mejor que la leche natural, así como ningún sustituto pudo reemplazar a la leche materna.
Mientras no tengamos las normas bien claras, tenemos las normas de la OMS y la FAO, denominadas CODEX Alimentarius, que sirven como instrumento de referencia y de regulación.  Esperemos que nuestras autoridades las apliquen en este caso y tomen el ejemplo de nuestros países vecinos.
Referencia: Panamá prohibió el ingreso de leche del Grupo Gloria. http://gestion.pe/economia/autoridad-sanitaria-panama-prohibio-ingreso-leche-grupo-gloria-2191496pesimismo inicial ha cambiado en estas dos semanas de gratas experiencias alentadoras.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Rebrote peligroso de la rabia y eutanasia canina

Por: Fernando Rocabado Quevedo
Hace pocos meses la prensa mostró fotos de perros sacrificados por el Municipio de Santa Cruz, a cuya causa se pronunciaron indignadas cientos de voces, provenientes de los grupos de protección animal. Por otro lado, hace  poco más de una semana murió un niño contagiado de rabia por su perro, y casi nadie se indignó. No hubo voces de desacuerdo; los animalistas callaron o por lo menos no fueron tan vehementes como con los  perros. Recuerdo que en la primera ocasión mostré mi conformidad con la eliminación de perros vagabundos y fui objeto de agresiones cibernéticas. Entre ellas me llamó la atención una que me calificaba de ignorante; era un joven amante de los canes que me decía que  en realidad no eran muchos humanos los que morían por rabia cada año. Y que eso no justificaba la muerte de los perros.
Evidentemente, no son muchos los humanos que ahora mueren por mordedura de perro, pero son humanos y es un tema de prioridad. La incidencia de la enfermedad en las últimas décadas ha descendido gracias al programa continental emprendido desde 1983 y,  en Bolivia, es cercana a 0,04 por cien mil habitantes, una de las más altas del continente.
En 2016 no se informó en el país de ningún caso humano, lo que llevó a un canto de victoria prematuro por parte de las autoridades del ramo, que ya hablaron de su pronta erradicación. El caso del niño de Sacaba, nos volvió a la realidad y a la necesidad de analizar con más profundidad las estrategias sostenibles que ayuden a dar el golpe final a esta enfermedad de tanta trascendencia.
El diagnóstico del niño muerto estuvo acompañado de 18 casos confirmados de rabia canina en el Departamento de Cochabamba, más otros varios en estudio, amén del seguimiento de varios humanos mordidos por perros, entre ellos un vacunador del MINSALUD, mordido en el cumplimiento de su deber. La alarma surgió de improviso, acompañada de datos preocupantes, como el hecho de que cada semana son 150 las personas mordidas por perro y registradas en los centros de salud. No sabemos cuántas mordidas no se registran, considerando que se estima que la población canina y gatuna es de 650.000 ejemplares, es decir, uno por cada tres personas, si es que las estimaciones son correctas, porque los perros vagabundos y callejeros no son fáciles de contar. ¿De dónde aparece semejante cantidad de animales? ¿Cuántos de éstos son identificables, se conocen a sus propietarios y si son bien alimentados y tratados? Seguramente no es fácil responder estas preguntas por falta de información e investigación. Esto me hace recuerdo un ridículo intento de la anterior gestión municipal de registrar mediante chips a los perros cochabambinos, que resultó en un rotundo fracaso por la no respuesta de los propietarios. El problema de siempre es la pobreza de los dueños y la población canina de riesgo, que es la que no tiene propietario o vive en la calle con su anuencia. Se dice que de los 22.000 perros que existen en el Municipio de Tiquipaya, el 50% son vagabundos. En Chile, que tiene mejores registros, se ha demostrado que 63% de los perros que deambulan por las calles de Santiago tienen en verdad dueño, y solamente el 23% de éstos son abandonados.
Si en el primer mes del año tuvimos 18 casos de rabia canina, es posible que a fin de año superemos los 121 casos, que fue nuestro promedio nacional en la última década. Una cuarta parte de todos los casos de Latinoamérica, sub Región en la que hubo un promedio de 438 casos anuales en la misma década, según datos de PANAFTOSA. Nuestra tendencia al descenso puede verse frustrada, a menos que se adopten medidas más radicales y contundentes.
Según el “Plan de Acción para la Eliminación de la Rabia Humana transmitida por Perros” aprobada por los países con el apoyo de la OPS/OMS, ésta se puede lograr mediante acciones integrales de profilaxis en personas expuestas a la rabia; el control y/o eliminación de la rabia en perros; la colaboración intersectorial a todos los niveles; y la educación y sensibilización de la comunidad.
Con seguridad que la educación de la población no proviene únicamente de mensajes o cursos de sensibilización, sino de políticas públicas que induzcan a la tenencia responsable de los animales, o su correspondiente alternativa, la sanción a los dueños, que proviene de traspasarles íntegramente la responsabilidad de los daños y sus consecuencia o secuelas  producidas por su animal, mismas que sobrepasan la enfermedad de la rabia y abarcan  otros daños productos de las mordeduras y la falta de higiene pública. Presencia en basurales y transmisión de otras zoonosis.
En cuanto al control de la rabia en los perros, ésta debiera considerar seriamente la posibilidad de legislar y  reglamentar la eliminación de los perros callejeros, los maltratados y sin dueño, en una suerte de eutanasia canina. Esta eliminación debiera ser el final de todo un proceso de opciones o alternativas, tanto para los perros, como para que las organizaciones defensoras de animales puedan actuar en su recuperación o adopción. O sea, los animales capturados y no reclamados en un lapso definido, podrían ser entregados a estas instituciones de protección animal para su adopción y, en caso de fracasar todos estos intentos, recurrir a su eliminación mediante alguna técnica incruenta de eutanasia. Este sería un paso que alivianaría la vida de sufrimiento del animal y la carga que significa para la sociedad el mantenerlo o liberarlo.
Recordemos que todas las estrategias complementarias de manutención, tratamiento y recuperación, así como la vacunación y esterilización tienen un costo para el Municipio, que no tiene porqué cargar con la irresponsabilidad de los dueños de perros, que no tienen la capacidad de criarlos convenientemente y los lanzan a la calle o los abandonan sin ningún escrúpulo.
La rabia ha sido y es considerada de alta “trascendencia” porque uno solo de sus casos tiene una repercusión social de  gran significancia, por lo que no es éticamente aceptable tener casos de rabia humana en pleno Siglo XXI, y como dice el Plan mencionado, los principales desafíos para la eliminación de la rabia transmitida por perro no son de tipo técnico sino de decisión política y compromiso de todas las partes interesadas, tanto públicas como privadas.