Resulta interesante y casi chistoso seguir en el foro político de Aula Libre, las lucubraciones de dos ex miristas por ubicar el centro o la “izquierda” a la que se debe apoyar en el mes de diciembre, mes de las elecciones nacionales, sin remordimiento de conciencia -conciencia transgresora desde que nadaron por ríos de sangre durante su corta existencia-. Uno de ellos dice que se debe encontrar el fiel de la balanza, es decir el centro y, a partir de este punto debilitar a la izquierda (se sobreentiende que a Evo). Que a más centro, menos MAS, menos Evo. La derecha expresada en Manfred, sólo traerá luto y polarización.
La mirista mujer dice que el centro son Evo y Manfred, y la extrema izquierda es Joaquino y los indigenistas (pobre Joaquino, que esta mañana salía de la Catedral con cara de monaguillo compungido, para ponerse a tono con la nueva liturgia eleccionaria –misachiku- impuesta por el ahora super católico Manfred Reyes Villa) y, dice, por el otro lado, la extrema derecha es Samuel. Recordemos que Samuel es otro ex mirista, que pese a ello, es vapuleado como el representante empresarial de la derecha más dura, la de Burger King (sic).
Estas sumas y restas, como alguien diría, no hacen más que mostrar la pobreza de sus argumentos y la falta absoluta de lo más importante, el programa. Nadie se refiere al programa, que es la constante ausente del discurso manfrediano y de la mayor parte de los discursos. Sería bueno preguntarse cómo, en este momento, se caracteriza el discurso de derecha y cómo el de izquierda?. El discurso del centro también debería estar claro, porque no sale del simple promedio de los otros dos.
El discurso de Evo está claro, es un discurso de izquierda que lo repite todos los días. Se basa en un planteamiento de cambio, como todo discurso de izquierda, con medidas más o menos claras, muchas de las cuales serán de continuidad de la anterior gestión y de avance y aplicación de la nueva CPE.
En el otro lado considero que el discurso más inteligente que hasta ahora se ha desplegado es el de Samuel que, alrededor de su consigna Pongamos a Bolivia a Trabajar, ha ido armando planteamientos más o menos coherentes en los diferentes sectores, para lograr su objetivo de una Bolivia productiva. Tuvo, además, la buena visión de armar su discurso más a la izquierda que en 2005, cuando se declaraba abiertamente de centro. Ahora se define como de centro-izquierda, que no entra a polarizar sino a quasi integrarse con esa voluntad popular boliviana que es de izquierda. El pueblo verdadero quiere posiciones de izquierda. Las clases que siempre detentaron el poder y la economía, son los que se muestran abiertamente de derecha, cavernaria, sin planteamientos claros. A ellos se suman algunos intelectuales dolidos y desubicados, que alguna vez fueron de izquierda. Todos juntos pueden llegar al 20%, pero no más.
Este grupo está representado por Manfred y Fernandez, cuyo discurso será abiertamente opositor y polarizante, buscando sumar para una bancada que neutralice a la de Evo. Por el momento, los músculos no les dan para más. Para polarizar sus posiciones lo primero que manifiestan es que cambiarán la Nueva CPE , por otra más acorde con sus sempiternos intereses.
Ahora bien, está Samuel más a la derecha que Manfred?. Imposible. Ni por su programa ni por sus antecedentes. Es importante, también, hurgar en los antecedentes para calificar a una persona o a un candidato como de derecha o de izquierda. Es y siempre fue un empresario progresista, diferente al común de los empresarios, por ejemplo, los duros y secesionistas empresarios del Oriente. Desde joven fue un empresario militante, nada menos que del MIR, en una época en que los empresarios huían de éste partido, porque parecía verdaderamente de izquierda. Fue una pieza clave del MIR en el Gobierno, o sea de convertirlo al neoliberalismo. Y, finalmente, fue una pieza clave para desenmascarar la traición interna del MIR, aportando la hamburguesa con la que se volteó a los ídolos de barro que se iban erigiendo en ese partido.
En contrapartida, quien es Manfred Reyes Villa para que lo califiquen de centro? Alguna vez por lo menos se aproximó a éstas posiciones?. Se apoyó siempre en sus malas compañías, en su carisma personal y en el prestigio de una Administración Municipal que habría que verla con lupa. Comenzó de la misma manera en 2002, elecciones en las que apareció como el candidato con más expectativas, mismas que se fueron desmoronando ante la falta de discurso y la percepción ciudadana de que el Bombón es más cáscara que nueces. Terminó derrotado y destruyendo su propio partido, el NFR, partido de esos que se arman para levantar una figura y no aguantan el menor torbellino.
Por todo lo anterior, creo que el candidato más lúcido y mejor situado para enfrentar a Evo es Samuel Doria Medina, que pese a todos los puntos negativos que se le achacan, tiene la mejor posición programática y estratégica para organizar a la oposición, hoy por hoy, huérfana de padre y madre, es decir, de partido y programa.