lunes, 7 de diciembre de 2020

¿Tratamiento del cáncer para todos, quimera o demagogia?


Por Fernando Rocabado Quevedo, Médico Salubrista y Epidemiólogo

Después de conocerse la contundente victoria del MAS en las últimas elecciones del 18 de octubre 2020, surgieron una serie de voces pidiendo análisis y alguna autocrítica de parte de la oposición, para entender mejor lo que había sucedido, el porqué de un resultado tan adverso como inexplicable. La respuesta en general fue de reticencia a la autocrítica y de insistir en la culpa ajena, la del otro. Particularmente los de Comunidad Ciudadana (CC) se mostraron proclives a echar la culpa de los resultados adversos a la presidenta Añez y al candidato, Luis Fernando Camacho.

Personalmente, y sin eximir a aquellos personajes nombrados, tengo varias observaciones sobre la campaña de la oposición en general, pero, me interesa, sobre todo, expresar mis observaciones al accionar de campaña de CC, partido al que he apoyado en los últimos dos años. Voy a tocar un solo tema u ofrecimiento programático del candidato de CC, Carlos Mesa: ¨dar tratamiento gratuito para todo enfermo de cáncer en el país¨ en caso de ser elegido, mismo que lo ha repetido de manera reiterada. (Hubo otros ofrecimientos igual de repetitivos, como aquel de combatir la corrupción colocando una video grabadora en la solapa de los policías).

El tratamiento gratuito del cáncer es un ofrecimiento que venía como idea suelta, que nunca fue explicado en cuanto al contenido e implicancias del mismo, principalmente, el cómo se daría este tratamiento gratuito; simplemente se lanzaba la idea de que el nuevo gobierno daría tratamiento a todo enfermo de cáncer.

Una primera pregunta que me surgió, desde el inicio mismo de la campaña, fue, de dónde provenía la idea o su contenido, ¿quién fue su autor o, finalmente, quien redactó el programa de salud de CC? Personalmente creí conocer a todos los del sector salud, participé con ellos en varios grupos; era un contingente numeroso, multidisciplinario, de muy alto nivel, presto a apoyar y generar propuestas para el programa que queríamos desarrollar; sin embargo, nunca se nos pidió ni una idea, ni una pagina redactada ni nada que pueda ser un aporte válido, especializado, para el programa en cuestión, mismo que nunca pasó de ideas gruesas, girando alrededor  de tratar el cáncer gratuitamente.

Desde entonces, también me pregunté por qué nuestro candidato, había escogido la más difícil y cara de las enfermedades como ofrecimiento de programa, además, con un enfoque vertical; hace treinta o cuarenta años se planificaba en salud pública a partir de enfermedades, se medía su magnitud, su trascendencia y su vulnerabilidad, y se armaban programas verticales para hacerles frente. Se tuvo éxito en algunas enfermedades inmunoprevenibles, para las que había alguna vacuna; pero los resultados nunca fueron los mismos para las más complejas, como la tuberculosis, que todavía siguen asolando nuestros pueblos. A partir de entonces, los enfoques se han ido haciendo cada vez más estructurales, más sistémicos, tratando de entender y enfrentar la enfermedad en su integralidad holística. Así, vino la época de salud para todos, la de cobertura universal de la salud, de trascender la simple atención o el simple servicio, para pensar en factores más amplios y causales, en las determinantes sociales de la salud, en la estructura y el sistema de salud.   Cómo es que en CC habíamos retrocedido al enfoque solitario de atender de manera vertical una enfermedad, ni siquiera en todos sus componentes, si no, específicamente, en el componente ¿tratamiento?

El cáncer es la entidad más difícil de atender o cuidar, por algunas de sus peculiaridades. El cáncer no es una sola entidad, sino un grupo de enfermedades que afecta los diferentes órganos, con algún denominador en común, “la multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos, en un proceso que se denomina «metástasis», y que es su principal causa de muerte; por lo que se habla, también, de «tumores malignos» o «neoplasias malignas».

Se dice que hay más de cien tipos de cáncer, aunque los más frecuentes no pasen de 20, con algunas variaciones de frecuencia en cada país, que tienen que ver también con su nivel de desarrollo. En 2018, en Bolivia se presentaron 14,915 casos de cáncer y hubo 9,527 muertes; es decir, por cada tres casos aparecidos hubo dos muertes. El cáncer aporta el 15% de las muertes en el país y ocupa el segundo lugar como causa de muerte, lo que demuestra su importancia epidemiológica en crecimiento. En los países desarrollados el 90% de los casos son atendidos de manera adecuada, en tanto que, en los países, pobres como el nuestro, ni el 30% de los cánceres son atendidos adecuadamente por falta de planificación, recursos e infraestructura.

Según estimaciones de la OMS, en Bolivia, con sus graves problemas de registro, los tipos de cáncer diagnosticados con mayor frecuencia en 2014 en los hombres fueron: próstata, 834; colorrectal, 302; estómago, 277; leucemia, 190; pulmón, 188. En tanto que, en mujeres, fueron: cervicouterino, 2,029; mama, 807; vesícula biliar, 428; colorrectal, 371; estómago, 304. Con algunas variaciones, este orden de frecuencias, se repite en el cuadro de mortalidad por cáncer, donde se nota la incursión del cáncer de pulmón en la lista de hombres, y el de vesícula biliar y ovarios, en el de mujeres.

Del total de casos que se presentan, alrededor del 30% de los casos podrían curarse si se detectan temprano y se tratan adecuadamente. Todo el resto de los pacientes de cáncer tendría que beneficiarse de algún tratamiento paliativo, que aumente el tiempo de vida del paciente y su calidad, ayudándole a sobrellevar su enfermedad de manera más humana, sin dolor, especialmente. Ya sea que los tratamientos sean para aumentar la sobrevida o paliar el sufrimiento, son igualmente costosos que el tratamiento destinado a curar al paciente, porque hay que hacerles un seguimiento en el tiempo. Los chilenos han observado que después de someter a tratamiento de sobrevivencia a sus pacientes, solo el 42,8% había sobrevivido 5 años al tratamiento brindado, el restante falleció en este lapso.

Por lo mismo, tratamos de entender porqué el candidato de CC se concentró solo en la palabra tratamiento, en un momento en que la OMS y los organismos especializados están abogando por la implantación de programas nacionales integrales de control del cáncer, de los cuales existen pocos modelos en el mundo, mismos que deben abarcar la promoción de la salud, la prevención, el diagnóstico, el tratamiento, los cuidados paliativos y la rehabilitación.  De cada uno de estos componentes, considero los más importantes a la promoción de la salud y a la prevención, que podrían prevenir alrededor del 40% de todos los casos de cáncer, evitando determinantes sociales, ocupacionales, ambientales negativos (contaminación, radiaciones); y factores de riesgo clave como el tabaco, el consumo abusivo de alcohol, la dieta poco saludable, la inactividad física y algunas enfermedades infecciosas. Tan solo el control del tabaquismo puede aportar con una disminución del 22% de las muertes por cáncer. Otro tanto puede obtenerse si se atienden infecciones oncogénicas, como las causadas por los papilomavirus humanos, los virus de la hepatitis B, de la hepatitis C, el virus de Epstein-Barr y el Helicobacter pylori; las dos primeras ya cuentan con programas de vacunación efectivos.

El otro componente, íntimamente relacionado con el tratamiento es la necesidad de un diagnóstico temprano, puesto que es más bien frecuente el diagnóstico en etapa avanzada o tardía, o la no existencia de diagnóstico, definitivamente. Un buen sistema de diagnóstico permite hacer la estadificación del caso, saber en qué estado de evolución se encuentra, para de esta manera encaminar un tratamiento correcto, ya sea curativo o paliativo.

El sistema de diagnóstico nos trae a colación la necesidad de contar con infraestructura y equipamiento básico y moderno. Estamos hablando de laboratorios (sangre, orina, biopsias); diagnóstico por imágenes (radiografías, ecografías, endoscopías, laparoscopías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas). En tanto que la infraestructura para el tratamiento debe incluir, también, centros de consulta, de hospitalización, de cirugía, quimioterapia y de radioterapia, además de farmacias, insumos y medicamentos. Todo esto debe ser pensado y planificado antes de hacer un ofrecimiento de tratamiento gratuito para todos, no se trata de comprar los medicamentos de la receta que otorgan los médicos.

Esto nos lleva al componente de los recursos humanos, eje fundamental del programa, donde hay que considerar a todos los que participan en las redes de salud desde el Nivel 1 y 2, hasta los más especializados, del Nivel 3 (en el gobierno de Evo se introdujo el Nivel 4, que sería el de más alta especialización y dedicación). El manejo de recursos humanos debe considerar la necesidad de un esfuerzo en equipo y multidisciplinario, donde se requiere de oncólogos, cirujanos, anestesiólogos, intensivistas, laboratoristas, patólogos, radiólogos, enfermeras, técnicos de enfermería, fisioterapeutas, nutricionistas, médicos generales y de familia). O sea, este debe ser un compromiso general, con aporte de todos los recursos humanos del sistema.

Por razones de espacio no voy a incidir mucho en el componente de la rehabilitación, que siempre ha sido considerado como el más caro y sofisticado, destinado a mejorar la calidad de vida del paciente y reintegrarlo en la sociedad.  Hay que ayudar a pacientes y familiares a sobrellevar la carga en salud que significa el cáncer, y que muy bien puede ser medido en años libres de discapacidad.

Ya es conocido el rol de la familia en el enfrentamiento del cáncer; los mejores servicios las convierten en aliados, por ser un recurso humano de apoyo fundamental; pero ella está sometida a pruebas extremas relacionadas con el sufrimiento del pariente y los gastos de bolsillo a los que se somete, no solo por todo lo enumerado hasta aquí (es mentira eso de que no paga en los servicios públicos, un solo medicamento de última generación le puede costar hasta 4.000 dólares), sino por el sinnúmero de gastos a los que tiene que incurrir: abandono del trabajo, viajes, transporte, alojamientos, alimentación, etc. Un episodio de cáncer puede ser motivo de profunda crisis familiar y de quiebra económica.   

Por lo expuesto, pienso que cualquier ofrecimiento debe ser bien planificado, financiado y debe ser gradual. De manera realista los chilenos pusieron como meta de su primera etapa, reducir la mortalidad por cáncer en un 5%. Cualquier plan debe tener metas. Debe además ser integral, no puede hacerse un plan para el cáncer, desconectado de los planes de las otras enfermedades crónicas, por tener causales y objetivos comunes, principalmente en cuanto a los factores de riesgo. El tabaco está relacionado no solo con los cánceres, sino también, con las cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas. Lo mismo sucede con la dieta saludable y los contaminantes. No hay lugar para solo dar tratamiento a los enfermos de cáncer, sería un difícil despliegue de recursos y una caída en la medicalización, que queremos evitar.

Junto al diagnóstico temprano se considera el cribado, que es sistemático y poblacional, mucho más complejo y no puede hacerse más que con unos tres o cuatro tipos de cáncer. En este sentido, el cáncer cérvico uterino resulta el más llamativo. Es el cáncer que más nos mata, aunque, tiene la ventaja de disponer de todos los instrumentos técnicos que hemos señalado, desde la vacunación, el cribado y todas las opciones de tratamiento; pese a ello no somos capaces de llevar su programa adelante, en 14 años de gobierno masista se ha avanzado poco. Éste, bien desarrollado, debía servir de modelo para los demás; mostrar cómo se podrían hacer las cosas de manera planificada y ordenada. Puedo afirmar categóricamente que, si no podemos implantar un programa de cáncer cervicouterino, no podremos implantar ningún otro para los otros tipos de cáncer, que tienen menos recursos técnicos.

Personalmente, en CC he sido reticente a ofrecer tratamiento gratuito para el cáncer, nunca lo he hecho porque me parece que su enunciado tenía un componente demagógico o, por lo menos, mal pensado y peor planificado. Su mensaje no era atractivo para los votantes, no llegaba al alma del electorado, porque éste conoce la falencia de sus servicios de salud y, porque, no todos se sienten concernidos con el eslogan.  El cáncer siempre parece una dolencia lejana, para los demás, salvo para esos 20.000 pacientes que cada año sufren sus secuelas.     

Diciembre de 2020

viernes, 24 de julio de 2020

Enfermedad y muerte en elecciones: el caso de República Dominicana

Por Fernando Rocabado Quevedo* y Arnaldo Aliaga Pacheco**

 Introducción.-

El surgimiento de la pandemia por coronavirus ha significado serios contratiempos para los procesos democráticos en el mundo. Al 11 de junio alrededor de 66 países (1) han postergado elecciones, ya sea presidenciales, parlamentarias, municipales o referéndums de consulta. Otros 33 países han sostenido la decisión de mantener su calendario electoral, con un sinnúmero de precauciones. Muchos de ellos no pueden cambiarlos por cuestiones legales o de respeto a su constitución. En el caso de Latinoamérica 12 países han postergado sus elecciones, entre ellos República Dominicana y Bolivia, para las generales; Uruguay, para departamentales y municipales; Chile, para referendo constitucional (1).

En la mayor parte de los casos, el tiempo de la postergación no ha sido suficiente para evitar los contratiempos que significa la superposición de la pandemia y la campaña electoral. Es el caso de República Dominicana, que ha realizado sus elecciones, el 5 de julio 2020, tal como se propuso en el momento de postergarlas. Como no podía ser de otra manera, estas han resultado ser elecciones atípicas, en momentos de crisis sanitaria, que han tenido serias repercusiones para la salud del pueblo dominicano, aunque estas no siempre han sido consideradas como negativas o de importancia por los partidos políticos en pugna. Existe una división de opiniones al respecto; unos que minimizan el impacto en la salud y, otras, que tratan de mostrar el impacto en la salud y en la tendencia de la epidemia por Covid-19.  Frente a esta lectura doble, nos hemos propuesto hacer un seguimiento y estudiar los datos de incidencia de casos de la enfermedad y de las muertes que ella produjo en la etapa eleccionaria; o sea, nuestra intención y nuestro enfoque es principalmente sanitarista, aun sabiendo que existen otras motivaciones, ya sea para postergar o realizar por cualquier medio las elecciones programadas. Es importante anotar que, en el mes de febrero se programaron elecciones municipales, que son previas a las generales, en las que se probó la aplicación de metodología automatizada, que tuvo dificultades en su operación, por lo que tuvieron que ser suspendidas  a las dos horas de comenzadas las elecciones, mismas que tuvieron que ser realizadas en marzo con la metodología habitual. 

Metodología. -

El primer caso de Covid-19 en República Dominicana fue diagnosticado el 3 de marzo de 2020, sin embargo, el análisis que realizaremos será a partir del 3 de mayo de 2020, cuando ya había 7.578 casos acumulados. La información utilizada la hemos obtenido del European Centre for Disease Prevention and Control (4) donde se registran todos los días los casos diagnosticados y los decesos, de todos los países del mundo. Para amortiguar las diferencias diarias hemos sumado las cifras de los siete días de la semana y los hemos presentado como casos y decesos por semana. Estos están presentados en la tabla 1, donde, además, hemos sumado la totalidad de los casos y de los decesos de manera acumulada. También se ha calculado el incremento de los nuevos casos y los nuevos decesos por semana, restando los de una semana con los casos y decesos de la anterior, por eso se tienen valores positivos y negativos, estos últimos cuando hay decrementos. 

Para fines de estimación de las tendencias hemos separado las 6 primeras semanas, del 03/05/20 al 07/06/20, denominándolas Preelectorales, de las siguientes 6, del 14/06/20 al 19/07/20, o sea alrededor de la fecha de elecciones, que las hemos denominado Electorales; en éstas estarían cuatro dedicadas a la campaña electoral y, las dos últimas, a la etapa Postelectoral, donde se entiende se presentarían la mayor parte de los casos y decesos producto del mismo acto electoral del 5 de julio.

     Tabla 1


El procesamiento de datos, el modelo y las gráficas han sido elaboradas con el lenguaje R, de alta confiabilidad. En las gráficas, las líneas discontinuas de color rojo, representan al modelo polinomial cúbico que se ha elaborado, ajustado al conjunto de datos observados. 

Resultados. -

La Gráfica 1 nos muestra una línea de tendencia ascendente suave hasta el 14 de junio, a partir de esa fecha la tendencia se hace mucho más pronunciada. En las primeras seis semanas, del 3 de mayo al 7 de junio, se presentaron 13.269 casos y, desde el 14 de junio al 19 de julio, se presentaron 32.324 casos. Es decir, que en la etapa Electoral hubo 2,3 veces más casos que en la etapa Preelectoral. En el período estudiado el número de casos se incrementó de 7.578 hasta 51.519, lo que equivale a un aumento de 6,8 veces más.     

            

     Gráfica 1

 

La curva polinomial de la Gráfica 2 nos muestra un ascenso notorio de los decesos por Covid-19 desde mediados de junio, justo cuando la mortalidad había tenido un descenso notorio en el mes anterior, hasta el 19 de julio, dos semanas después de la fecha de elecciones. En las primeras seis semanas, Preelectorales, se presentaron 263 defunciones y, en las seis semanas siguientes, Electorales, se presentaron 435 defunciones. Es decir, que en la etapa Electoral hubo 1,7 veces más muertes que en la etapa Preelectoral. En el período estudiado el número de muertes se incrementó de 326 hasta 971, lo que equivale a un aumento de 3,0 veces más.    

  

     Gráfica 2                                                                           


La Gráfica 3 refleja el incremento de casos por semana, donde la curva polinómica se muestra notoriamente ascendente en las semanas Electorales, con aumentos positivos superiores a los mil casos en cuatro de ellas, y un promedio en el aumento semanal de 1.020 casos. En las dos semanas posteriores a las elecciones el aumento fue de 1420 casos semanales. En tanto que, en las semanas Preelectorales, el incremento semanal promedio fue de 116 casos; esto significa que en el período Electoral hubo 9 veces más casos semanales que en el Prelectoral y, en el Postelectoral, 12,2 veces más.

 

    Gráfica 3                                                                               

  

La Gráfica 4 refleja el incremento de decesos por semana, donde la curva polinómica se muestra como una S echada, cuya segunda curva tiene su pico cerca del día de las elecciones. Se nota que en la etapa Preeleccionaria había un notorio control de la mortalidad, con un incremento promedio negativo semanal de -3; en tanto que en el período Eleccionario el incremento promedio semanal fue de 8,8 defunciones.  Este incremento promedio en las dos semanas de la etapa Postelectoral ha sido de 11,5 defunciones por semana. 


    Gráfica 4                                                                                    

 

Finalmente, con los parámetros del modelo hemos realizado una proyección (Tabla 2) para las seis semanas de la etapa Preelectoral y, otra, para las seis semanas de la etapa Electoral, calculando los casos promedio semanales estimados y comparándolos con los observados. En la etapa Preelectoral, como era de esperar, la diferencia entre ambos fue casi cero; en tanto que, en la etapa Electoral se estimaron 4.062 casos promedio semanales, y se observaron 5.387 casos, siendo la diferencia de 1.325 casos excedentarios por semana; y en las seis semanas Electorales, 7.950 casos.   En porcentajes, la diferencia entre observados y estimados fue de 32,6%, lo que significa que un poco más del tercio de los casos entre el 14 de junio 2020 al 19 de julio 2020 pueden atribuirse al proceso eleccionario.

                   Tabla 2.-

                   Etapa

Casos Promedio estimados

Casos Promedio observados

Porcentaje Diferencia

Fecha

Pre electoral

1612

1612

99.998

3/5 al 14/6

Electoral

4062

5387

132.6

14/6 al 19/7


Discusión. -

La primera constatación sobre las elecciones presidenciales de República Dominicana, es el elevado ausentismo, principalmente de los grupos de riesgo; según la Junta Central Electoral (JCE), solo el 55% de los electores (2) asistieron a votar, en números absolutos significa que de los, 7.529.932 habilitados, asistieron a votar voluntariamente, 4.163.275 electores, lo que ya debe hacer pensar sobre la real representación democrática de los que salieron elegidos en estas condiciones. Si bien, para fines formales un gobierno elegido de esta manera es legítimo, en los hechos muestra una debilidad de representación democrática. Gran parte de los observadores y comentaristas, atribuyen este bajo caudal de votantes a su temor para contagiarse del coronavirus.

Las elecciones fueron para Presidente, Vicepresidente, senadores y diputados; se hicieron por acuerdo interpartidario, aplicándose una normativa elaborada para prevenir la diseminación del virus, así, se prohibió la celebración de mítines y actos multitudinarios a partir del 17 de marzo. Asimismo, el 26 de mayo la Junta Central Electoral aprobó lo que se denominó el “Protocolo Sanitario para aplicar en los Recintos y Colegios Electorales en las Elecciones Extraordinarias Generales Presidenciales, Senatoriales y de Diputaciones del 5 de julio del 2020”, entre cuyas principales medidas figuran: a) mantener los recintos electorales desinfectados; b) que todos los funcionarios y delegados de partidos deberán desinfectar sus manos con el uso de alcohol dispuesto por la JCE; c) al momento de la instalación de los recintos, los funcionarios del colegio electoral abrirán el kit de higienización para acceder a las mascarillas, guantes, gel antibacterial y toallas húmedas antibacteriales; d) los funcionarios y delegados de partidos políticos deberán usar mascarillas y guantes durante toda la jornada; e) los electores entrarán a los recintos provistos de mascarillas y guardando una distancia de dos metros entre sí.  

Se estima que el día de las elecciones, entre jurados electorales, delegados de partidos y fuerzas del orden, participaron unas 100 mil personas como responsables de las mesas electorales, donde, en cada una, votan entre 200 y 400 electores. En principio se pensó aumentar el número de mesas para bajar el número de votantes por mesa y bajar el riesgo de contagio, pero, finalmente, se desechó la iniciativa por los problemas administrativos y de ordenamiento de los electores en el día mismo de las elecciones. La jornada electoral fue de 10 horas, de siete de la mañana a cinco de la tarde, eliminándose la idea de realizar elecciones en dos días de sufragio, por las mismas razones administrativas y para evitar el aumento de la abstención por temor al contagio (3).

Las elecciones se llevaron a cabo en la fecha establecida, procurando el cumplimiento de lo que establece su constitución, que no permite ninguna prórroga de mandato, debiendo, los actuales gobernantes, entregar el gobierno el 16 de agosto (3).

Pese a todas las reglamentaciones tendientes a mantener la distancia social, se sabe que hubo problemas con las aglomeraciones que se produjeron durante la campaña y el día mismo de las elecciones, por fuera de los recintos (3).

A la semana de las elecciones, el Ministerio de Salud, denunciaba un nuevo récord diario de contagios de coronavirus, y un aumento de fallecidos, al tiempo que señalaba que los hospitales estaban acercándose al límite de su capacidad, lo que empieza a demostrar el temor inicial del impacto negativo de las elecciones en la salud de la población, debido al aumento de contagios (4).

Esta presunción de las autoridades de salud, es corroborada por nuestros hallazgos en el presente estudio.  Las gráficas de nuevos casos y decesos muestran un acentuado ascenso en las semanas eleccionarias. Antes de la mitad de junio se nota un buen control de la mortalidad por Covid-19, misma que se triplica en el período eleccionario. Sin embargo, el mayor incremento de casos y de decesos se percibe al comparar la etapa Preleccionaria con las dos semanas posteriores a las elecciones, cuando las diferencias se ahondan.

En principio y por cautela, solo hacemos una apreciación cuantitativa de estos hechos, sin atribuir una relación causal del incremento, tanto de casos como de muertos, con el proceso eleccionario. Para esto nos reservamos el ejercicio realizado con el modelo, que hace la diferencia entre lo estimado en nuestras proyecciones y lo observado en la realidad epidemiológica durante este tiempo. A partir de este ejercicio comprobamos que el 32,6% de los casos de Covid-19 en la etapa Electoral, pueden ser atribuidos al evento elecciones; es decir que, de los 32.234 casos presentados entre el 14 de junio y el 19 de julio, según el modelo de proyección elaborado, 7.950 casos son debidos a los contagios propiciados por el proceso eleccionario. En este recuento no mencionamos los otros efectos de las elecciones, notorios en la disparada de casos y de la tendencia del proceso pandémico en todo el país, a ser evaluada por las autoridades de salud con mayores elementos de juicio. 

En cuanto al número de muertos y considerando la baja letalidad registrada en República Dominicana, de 1,9%, podemos afirmar que los 7.950 casos atribuidos al proceso eleccionario, han producido alrededor de 151 muertos en las seis semanas Electorales, un número nada despreciable dadas las características de la pandemia en ese país.

Conclusiones. 

La pandemia que estamos viviendo nos ha puesto en situaciones únicas, infrecuentes e irreproducibles, aunque se estima que podrían volverse a producir si seguimos atentando contra nuestro propio hábitat. Ha movido las bases de la estructura social, poniendo en tela de juicio nuestros valores e instituciones, y habiendo puesto de relieve la importancia del sector salud, que se encarga del bienestar de la gente, físico, mental y social. Por lo tanto, el ejercicio de la democracia no puede estar alejado del otorgamiento de la salud. Es más, la democracia, al no ser el simple acto de votar, debe establecer los mecanismos para otorgar y asegurar el bienestar a la población, protegiendo en primera instancia, su vida y su salud. Es mentira que pueda haber democracia sin tener en la mira este primer propósito. La salud de la democracia, en este sentido, depende de la salud de la población, que es la primera función del Estado.

Por esto, en situaciones como las actuales, donde se debe optar por la salud o la elección, debe sopesarse el costo en salud y en vidas, antes de ir a votar. No se puede arriesgar a las personas para cumplir un requisito instrumental, que es más reproducible y manejable. No puede haber un obcecamiento político frente a semejante contingencia social. El aparato político debe tener la suficiente inteligencia, flexibilidad y transparencia para respetar y salvaguardar el derecho fundamental a la vida.

Por esto, la fijación de la fecha de comicios en época de crisis como la pandemia, debe ser un ejercicio democrático, no solo responder a la decisión de las autoridades electorales, ni gubernamentales, sino, también, de los partidos y de la ciudadanía en general. Debe ser un evento compartido, con aceptación social tendiente a evitar los riesgos para la vida. De la misma manera, las constituciones deben prever este tipo de circunstancia, casi siempre excepcional.

El caso de las elecciones en República Dominicana es un ejemplo orientador, en la medida que ya se han realizado y pueden ser objeto de estudio epidemiológico, con datos concretos y existentes. Según nuestro estudio, sus resultados no son estimulantes, puesto que comprobamos que se ha producido enfermedad y muerte innecesaria, por premura política y constitucional. Sus resultados políticos (baja participación) y sanitarios son objeto de enseñanza para el resto de los países sujetos a las mismas presiones eleccionarias. Se comprueba, además, la insuficiencia de las medidas de bioseguridad, pese a que son aplicadas con algún rigor en los recintos electorales, pero que resultan difíciles de controlar por fuera de ellos y durante la campaña electoral.

Ir a las elecciones no es como ir al banco o al mercado, es un fenómeno social de grandes proporciones, que moviliza a millones de personas, no solo durante un día, sino durante varias semanas, dependiendo del estímulo movilizador de las campañas que, finalmente, deben rematar en la mayor participación de los ciudadanos en el acto electoral. Las movilizaciones, la participación con el voto y el cumplimiento de las medidas de bioseguridad, dependerán, a su vez, del grado de educación de la gente, de su cultura política y de su disciplina social.

Todos los actores deben concordar que el tema central de un proceso eleccionario es el mejoramiento del bienestar de la gente, a través de su ordenamiento democrático, para lo que se debe salvaguardar, de manera consciente y ética, la salud y la vida de los ciudadanos.

* Médico salubrista - epidemiólogo

** Estadístico

Referencias. -

1) https://www.idea.int/es/news-media/news/es/elecciones-y-covid-19-lecciones-de-am%C3%A9rica-latina

2) https://erbol.com.bo/mundo/elecci%C3%B3n-de-rep%C3%BAblica-dominicana-tuvo-45-de-ausentismo-autoridad-electoral-lo-atribuye-la

3) https://www.la-razon.com/politico/2020/07/13/elecciones-y-covid-19-las-otras-experiencias/

4) https://www.efe.com/efe/america/sociedad/nuevo-record-diario-de-casos-covid-19-en-republica-dominicana-con-1-418/20000013-4295184

5) https://www.transparenciaelectoral.org/una-guia-para-elecciones-democraticas-en-la-era-covid-19/


domingo, 19 de abril de 2020

Proyección de la epidemia de Coronavirus en Bolivia


Fernando Rocabado Quevedo[1], Guillermo Seoane Flores[2], Arnaldo Aliaga Pacheco[3]

Resumen. -

Frente al brote epidémico del Coronavirus en Bolivia, el Gobierno ha asumido medidas estrictas para contenerlo. La estrategia ha sido disminuir el contacto entre las personas, vía cuarentena general. Después de más de un mes de estas medidas la población se pregunta sobre el efecto de su sacrificio y el tiempo de su duración. Tratando de dar respuesta a estas interrogantes hemos realizado este estudio, que hace uso de modelos matemáticos para facilitar el análisis. Los cuadros y tablas están alimentados con la información diaria del Ministerio de Salud y con la vertiginosa información internacional. Armamos indicadores de velocidad de crecimiento de la epidemia, entre ellos: el número de casos registrados diariamente, su porcentaje de crecimiento, el tiempo que tardan en duplicarse, el Número Básico de Reproducción (Ro) y la letalidad. Comprobamos que existe subregistro de casos, principalmente por la baja capacidad de realizar pruebas de diagnóstico. Nuestras proyecciones estadísticas mostraron que las medidas de contención asumidas, tuvieron efectos positivos y que la estrategia de aplanar la curva se está cumpliendo de manera satisfactoria. Se las aprovechó, también, para calcular los requerimientos en materia de UTI, en relación al estimado flujo diario de pacientes y la capacidad potencial hospitalaria de sostener esa demanda. Se dan sugerencias para resolver problemas de coordinación y gestión urgentes, debido al tiempo corto para resolverlos y evitar el retorno a la subida exponencial de la pandemia.

Introducción. -

Una epidemia desconocida azota al mundo desde diciembre de 2019, cuando comenzaron a aparecer los primeros casos en Wuhan, China. Desde entonces, y con inusitada rapidez, se ha difundido por el mundo lo que ahora se conoce como la pandemia de COVID-19; causada por un nuevo coronavirus denominado por la OMS como el virus SARS-CoV.2 (8). En Bolivia el primer caso fue denunciado el 10 de marzo 2020, desde entonces, se ha propagado en ocho de los nueve departamentos, y ha puesto en tensión a todo el país. El Gobierno ha emitido medidas inmediatas y fuertes desde el 13 de marzo, y las ha endurecido, bajo declaratoria de estado de emergencia sanitaria desde el 22 de marzo hasta el 15 de abril, y prorrogadas hasta el 30 de abril. Las medidas incluyen cierre de los centros educativos, prohibición de concentraciones y reuniones (se empezó con un máximo de 100 personas y se fue bajando el número). Se declara el cierre total de fronteras, tanto de entradas como de salidas; se prohíbe la circulación de vehículos públicos y privados, salvo los motorizados de seguridad y salud; se permite la salida de la casa de una sola persona por familia, desde las 7:00 hasta las 12:00, para realizar las compras de alimentos y productos de primera necesidad, siguiendo un orden numérico establecido según la terminación del carné de identidad:  los lunes los que terminen en 1 y  2;  el martes los que terminan en 3 y 4; el miércoles los de 5 y 6;  jueves, 7 y 8; y el viernes, 9 y 0.  Sábado y domingo nadie puede dejar su domicilio, salvo emergencia de seguridad y médicas. Las personas de la tercera edad no pueden salir tampoco a la calle. Las infracciones a estas determinaciones, tendrán multas de 1,000 Bs y los conductores, 2,000 Bs, más arresto por ocho horas. Para el cumplimiento del estado de emergencia, se movilizará a las Fuerzas Armadas y a la Policía.

Estas medidas restrictivas se acompañan de una intensa y masiva campaña educativa, instando al aislamiento y al distanciamiento entre personas, a evitar los grupos grandes y aglomeraciones, la promoción del teletrabajo; el lavado de manos, evitar tocarse la cara, especialmente cuando se esté fuera de su casa, desinfectar las superficies y paquetes y otras medidas de higiene personal.

Como las medidas restrictivas son duras el Gobierno ofreció ayudar a las familias más vulnerables, mediante la entrega de una canasta familiar gratuita, que será repartida a 1,600.000 hogares; y mediante el pago, por tres meses (abril, mayo y junio), de las facturas de energía eléctrica a las familias que tengan un consumo no mayor a los 120 Bs., y del 50% de la factura de agua potable. Para evitar que las personas de la tercera edad salgan de sus hogares, se autorizará, mediante decreto, que un familiar pueda realizar el cobro del bono de la renta dignidad (6). Al final de la cuarentena el Gobierno, previa evaluación, decidió ampliarla hasta el 30 de abril, y añadir el Bono Universal, consistente en 500 Bs para las personas mayores de 18 años que no hayan recibido los bonos anteriores y no sean asalariados (16). 

Pasado un poco más de un mes desde la aparición del primer caso, la población comienza a preguntarse sobre la marcha de la epidemia, la efectividad de las medidas de control masivas, y el tiempo que estas pueden durar. Esta preocupación y la necesidad de conocer el efecto del estado de emergencia sanitaria, nos han llevado a realizar este estudio, destinado a proyectar y predecir el curso de la epidemia en el país. Para esto hemos recurrido a modelos matemáticos, que son una importante herramienta de la epidemiología para el estudio de la enfermedad en el transcurso del tiempo y su comportamiento frente a las medidas aplicadas; se pretende, también, influir en la gestión, corrección o la aplicación de medidas complementarias o alternativas, destinadas a controlar la epidemia del coronavirus.

Material y métodos. –

De acuerdo con la información disponible y con su capacidad de hacer pronósticos, se ha visto la conveniencia de utilizar el modelo polinomial cúbico, en vez del exponencial. Se lo eligió por tener mayor capacidad de explicación de la variación del número diario de personas infectadas con el Covid-19 (99% frente a 96% del modelo exponencial).

Su formulación matemática es la siguiente:

Los datos para el cálculo se obtuvieron de los reportes diarios del Ministerio de Salud de Bolivia (7) entre el 10 y 31 de marzo de 2020 en su portal de Internet. Se definió como unidad de análisis los casos acumulados diariamente, mismos que fueron confirmados por laboratorios autorizados por el Ministerio de salud.

Esta información permite medir el problema, pronosticar la expansión de la epidemia en un futuro cercano y valorar el impacto de las medidas adoptadas para mitigar la epidemia.

                              Tabla 1.-

Fecha
Incidencia
Incidencia acumulada
1ra. Dm
2da. Dm
10-mar
2
2
1,50
0,67
11-mar
1
3
1,00
3,33
12-mar
0
3
3,33
0,30
13-mar
7
10
1,00
1,00
14-mar
0
10
1,00
1,10
15-mar
0
10
1,10
0,99
16-mar
1
11
1,09
0,92
17-mar
1
12
1,00
1,25
18-mar
0
12
1,25
1,01
19-mar
3
15
1,27
0,83
20-mar
4
19
1,05
1,28
21-mar
1
20
1,35
0,77
22-mar
7
27
1,04
1,10
23-mar
1
28
1,14
1,07
24-mar
4
32
1,22
1,28
25-mar
7
39
1,56
0,78
26-mar
22
61
1,21
0,90
27-mar
13
74
1,09
1,08
28-mar
7
81
1,19
0,94
29-mar
15
96
1,11
0,96
30-mar
11
107
1,07
31-mar
8
115

Las epidemias SARS, en general, muestran una tendencia creciente y su convexidad nos indica su gravedad. Analizamos este crecimiento geométrico estudiando el comportamiento de las diferencias multiplicativas. La primera diferencia multiplicativa (1ra. Dm = cociente entre el número de infectados de dos días consecutivos) es equivalente a la tasa porcentual de crecimiento diario. La epidemia desaparece cuando el porcentaje de crecimiento tiende a cero, que es equivalente a que la primera diferencia multiplicativa tienda a uno. Por otro lado, para frenar el crecimiento acelerado de la población de infectados, valorando las medidas impuestas en diferentes grados de impacto, se requiere que la segunda diferencia multiplicativa (cociente entre las primeras diferencias multiplicativas de dos días consecutivos) sea menor que cero, es decir, se cumpla la siguiente relación (1 – λ) ≤ λ / (Ao*(1 – λ)); donde Ao es la tasa crecimiento inicial y λ es el factor de esfuerzo (impacto) medido en porcentaje.

Complementariamente al modelo expuesto, utilizaremos, también, el llamado modelo SIR, creado en 1927, por W. O. Kermack y A. G. McKendrick, que considera la enfermedad en el decurso del tiempo y la interacción entre tres clases de individuos: los Susceptibles, los Infectados y los Recuperados (de donde proviene su nombre, SIR):

             s(t) representa a los individuos susceptibles, es decir, aquellos que no han enfermado anteriormente y por lo tanto pueden resultar infectados al entrar en contacto con el virus.
             i(t) representa a los individuos infectados y por lo tanto en condiciones de transmitir la enfermedad a los del grupo S.
             r(t) representa a los individuos recuperados de la enfermedad y que ya no están en condiciones ni de enfermar nuevamente ni de transmitirla a otros.

La capacidad de predicción del modelo SIR, se basa en considerar a los tres grupos de individuos, relacionados según el siguiente esquema: 

Se definió como unidad de análisis de tiempo a los días naturales, como variables determinantes de los compartimentos los tamaños de las poblaciones de susceptibles, infectados y recuperados y, como variables parámetros: la tasa de contagios y la tasa de remoción o recuperación. Estos parámetros combinados nos permiten tener diferentes estimaciones de Ro, la tasa básica de reproducción.

Los supuestos básicos de los modelos SIR son: a) la población es homogénea y de tamaño fijo; b) en un momento dado, cada individuo sólo puede pertenecer a uno de los siguientes conjuntos: infectados, susceptibles o recuperados; c) la interacción entre los individuos es aleatoria; y d) no hay intervención externa que cambie la tasa de contacto de la población, por ejemplo, las de tipo ambiental o de migración.

Se asumió que la población total es constante y que el número de individuos susceptibles, infectados y recuperados son variables dependientes del tiempo.

Para modelar la dinámica del brote epidémico necesitamos tres ecuaciones diferenciales, una para el cambio en cada grupo, donde β (beta) es el parámetro que controla la transición de S a I y, ϒ (gamma) de I a R.

En términos del modelo SIR, la propagación de SARS-CoV-2 está vinculada al sistema de ecuaciones diferenciales para las proporciones s(t) de susceptibles, i(t) de infectados y r(t) de recuperados respecto al tamaño N de la población (que se asume constante) dado por:

ds(t)/dt = − β s(t) i(t)
di(t)/dt = β s(t) i(t) – ϒ i(t)
dr(t)/dt = ϒ i(t)

donde β es la tasa de infección y ϒ es la tasa de recuperación, en el supuesto de las proporciones iniciales s (0) = s0 >0, i(0) =1- s0 >0 y r(0)=0.

En este sentido lo que nos proponemos con el modelo es encontrar el límite o umbral de la infección a partir del cual ya no se da esta conversión o contagio. Este valor de forma analítica se da a partir de la ecuación del cambio de susceptibles a infectados dI/dt = I(βS− ϒ) en la que igualamos el paréntesis a 0, y entonces tenemos que para S ≤ ϒ /β la infección no procede.

Este modelo epidemiológico puede ser útil para la formulación de políticas, porque permite explicar la dinámica de la infección. Con él se puede demostrar el mecanismo de funcionamiento del Número Básico de Reproducción (Ro), que es uno de los indicadores de la velocidad con que se difunde la epidemia, o sea su potencial de contagio.  Viene de estimar cuántas personas son infectadas por un enfermo a lo largo de su tiempo de contagiosidad. Se ha estimado a partir de la experiencia china que el Ro del Covid - 19 está entre 2 a 3. Joseph T. Wu et al., a partir de la experiencia de Wuhan, estiman que cada enfermo contagia, en condiciones normales de convivencia, un promedio a 2.68 personas susceptibles (14).

Como es una medida dinámica y varía en cada situación, dependiendo de las medidas de contención en este caso, hemos utilizado algunos Ro aproximados a 2.6, para ver cómo variaría la epidemia con cada uno de estos valores. Los valores de Ro asignados para hacer el cálculo fueron de 2.5; de 2.0; y de 1.5.  Es sabido que cuando Ro es mayor a 1, como en los tres casos mencionados, la epidemia crece, y con mayor fuerza cuanto más grande el RO. Pero cuando se acerca a 1, la epidemia tiende a estabilizase y estancarse; y si es menor a 1, la epidemia tiende a desaparecer.

Las otras medidas de velocidad de difusión de la enfermedad que hemos utilizado son: el tiempo que tarda la epidemia en duplicar su número de casos y el porcentaje de crecimiento diario.


Resultados. -

Con la información obtenida entre el 10 de marzo, fecha del primer caso, al 12 de abril, hemos construido los modelos de proyección, cuyos resultados los mostramos en tablas y gráficas. En las tablas 2 y 3 hemos colocado los datos numéricos con que se han fabricado las gráficas. En la primera están los valores de los casos observados y de los estimados hasta el 31 de marzo, que tienen aproximación entre ellas; terminan el último día de marzo con 115 observados y 123 estimados. A partir de esa fecha, se han estimado los valores, teniendo como hitos importantes el 30 de abril, con 1,992 casos, y el 31 de mayo, con 8,782 casos.

El 12 de abril hemos hecho una nueva proyección hasta el 31 de mayo, misma que no coincide con la primera, tiende a la disminución, posiblemente por efecto de las medidas de contención asumidas. En los dos hitos señalados los casos estimados serían 1,028 el 30 de abril y, 3,897, el 31 de mayo; lo que significa que el efecto de las medidas produciría una disminución de 48% de casos, hasta el 30 de abril; y 57% hasta el 31 de mayo. En números absolutos significaría un ahorro de unos mil casos a fin de abril y unos 5,000, a fin de mayo.


Tabla 2.-

Casos observados y proyectados del 10 de marzo al 12 de abril 2020, Bolivia
Fecha
10/3/20
11/3/20
12/3/20
13/3/20
14/3/20
15/3/20
16/3/20
17/3/20
18/3/20
19/3/20
20/3/20
Casos día
1
1
0
7
0
0
1
1
0
3
4
Casos Acumulados
2
3
3
10
10
10
11
12
12
15
19
Casos Proyección 1
3
4
6
6
7
8
10
11
13
15
18
Casos Proyección 2
4
4
4
4
5
5
7
9
11
13
17

Fecha
21/3/20
22/3/20
23/3/20
24/3/20
25/3/20
26/3/20
27/3/20
28/3/20
29/3/20
30/3/20
31/3/20
Casos día
1
7
1
4
7
22
13
7
16
10
9
Casos Acumulados
20
27
28
32
39
61
74
81
97
107
116
Casos Proyección 1
22
27
32
39
46
55
66
78
91
106
123
Casos Proyección 2
20
25
30
35
42
49
56
65
74
85
96

Fecha
1/4/20
2/4/20
3/4/20
4/4/20
5/4/20
6/4/20
7/4/20
8/4/20
9/4/20
10/4/20
11/4/20
12/4/20
Casos día
7
9
7
18
26
11
16
54
4
28
27
7
Casos Acumulados
123
132
139
157
183
194
210
264
268
296
323
330
Casos Proyección 1
142
162
185
210
238
268
300
335
373
414
457
504
Casos Proyección 2
108
121
135
150
167
184
203
222
243
265
289
314


Tabla 3.-

Casos proyectados desde el 13 de abril hasta el 31 de mayo 2020, Bolivia
Fecha
13/4/20
14/4/20
15/4/20
16/4/20
17/4/20
18/4/20
19/4/20
20/4/20
21/4/20
22/4/20
23/4/20
24/4/20
Casos Proyección 1
554
607
663
724
787
855
926
1001
1080
1163
1251
1343
Casos Proyección 2
340
368
397
427
459
493
528
565
603
643
685
728

Fecha
25/4/20
26/4/20
27/4/20
28/4/20
29/4/20
30/4/20
1/5/20
2/5/20
3/5/20
4/5/20
5/5/20
6/5/20
Casos Proyección 1
1439
1540
1646
1756
1872
1992
2117
2248
2384
2525
2672
2825
Casos Proyección 2
774
821
870
921
974
1028
1085
1144
1205
1268
1333
1401

Fecha
7/5/20
8/5/20
9/5/20
10/5/20
11/5/20
12/5/20
13/5/20
14/5/20
15/5/20
16/5/20
17/5/20
18/5/20
Casos Proyección 1
2983
3147
3317
3493
3676
3864
4059
4261
4469
4683
4905
5134
Casos Proyección 2
1470
1542
1616
1693
1771
1853
1936
2022
2111
2202
2296
2392

Fecha
19/5/20
20/5/20
21/5/20
22/5/20
23/5/20
24/5/20
25/5/20
26/5/20
27/5/20
28/5/20
29/5/20
30/5/20
31/5/20
Casos Proyección 1
5369
5612
5862
6119
6384
6656
6936
7223
7519
7823
8134
8454
8782
Casos Proyección 2
2491
2593
2697
2804
2914
3026
3142
3260
3382
3506
3633
3764
3897

La Gráfica 1 muestra la expresión lineal del modelo de predicción, hasta el 31 de marzo, que sube exponencialmente hasta el 12 de abril (línea verde). En esta fecha hemos vuelto a hacer otra proyección con los datos acumulados de los infectados observados (línea naranja), mismos que se han venido duplicando en este lapso cada 5.7 días. Nos llama la atención que ambas curvas se separan notablemente en estos últimos 15 días, separación que la atribuimos a los efectos de las medidas adoptadas, principalmente la cuarentena y el distanciamiento. En efecto, esperábamos 504 casos, pero en la vida real observamos 330. Empíricamente, atribuimos esa diferencia, de casi 200 casos (35%), a los efectos de las medidas aplicadas. La línea azul muestra los casos denunciados cada día por el Ministerio de Salud.

Gráfica 1.-



Con los datos proporcionados por el Ministerio de Salud, entre el 10 de marzo y el 31 de marzo, hemos construido la Gráfica 2, que nos hace la proyección hasta el 31 de mayo 2020, misma que es exponencial, pero con una gran separación de la línea de la Proyección 2, con respecto a la primera. Las estimaciones por día están en la tabla anteriormente indicada. Los mismos datos se expresan en la Gráfica 3, en su versión logarítmica, que resume muy bien lo que pasa a nivel poblacional y permite apreciar si el brote sigue subiendo exponencialmente o está aplanándose. Como se verá, la curva de la segunda proyección está más baja y tiende a estar más plana que la anterior (10).

Gráfica 2.-




Gráfico 3.-




Con los datos de la primera diferencia multiplicativa, dividiendo el número de casos (infectados) de dos días consecutivos, obtuvimos el Porcentaje de Crecimiento diario de la epidemia, que desde el 10 de marzo al 12 de abril tiene la expresión de la Gráfica 4, siendo el porcentaje diario de crecimiento, el que tiene una línea tendencial casi horizontal con forma de S echada, con un final tendiendo a la baja, lo que puede ser de buen pronóstico.  El promedio del porcentaje de crecimiento diario en este lapso ha sido de 19.5%, con picos que van de 0% a 56%.


Gráfico 4.-


Como la idea es encontrar el límite o umbral de la infección a partir del cual el contagio disminuye, en la gráfica vemos que este coincide con el pico de la curva de infectados, que es el valor máximo de su curva. Sucede lo mismo con la población de susceptibles, cuyo valor umbral se encuentra en el punto de inflexión de su curva antes de hacerse horizontal.

En la Gráfica 5, hemos simulado un Ro de 2.5 y obtenido la figura donde los susceptibles van disminuyendo en tanto suben los recuperados, siendo los infectados como el eje de equilibrio entre ambas.  La curva de los infectados sube y baja abruptamente, hasta encontrar su umbral de 0.233 (23% de la población infectada). 

En la gráfica 6, hemos simulado un Ro de 2.0 y obtenido la figura donde los susceptibles van disminuyendo más moderadamente, al mismo ritmo que va subiendo la curva de los infectados, que encuentran su pico en el umbral de 0.153 (15% de la población infectada).

En la gráfica 7, hemos simulado un Ro de 1.5 y obtenido la figura donde los susceptibles van disminuyendo más lentamente, al mismo ritmo va subiendo la curva de los infectados, que encuentran su pico en el umbral de 0.063 (6% de la población infectada).

Estos tres escenarios muestran la importancia de cuidar a los susceptibles y de disminuir el crecimiento de la población de infectados.


 Gráfica 5.-
 Bolivia: Modelo S.I.R.         Ro=2.5   Umbral=0.233


Gráfica 6.-
Bolivia: Modelo S.I.R.         Ro=2.0   Umbral=0.153


Gráfica 7.-
Bolivia: Modelo S.I.R.       Ro=1.5  Umbral=0.063


En la Gráfica 8 hemos yuxtapuesto las tres curvas de los infectados, con los tres valores de RO; en la azul se nota el crecimiento abrupto, Ro 2.5, con pico elevado y base angosta, que de darse sería después de 48 días de la aparición del primer caso (Caso Cero), que fue importado y se diagnosticó el 10 de marzo 2020; este pico se daría, entonces, alrededor del 24 de abril. La roja, de crecimiento más moderado, con Ro 2.0, tendría su pico en el día 68 (16 de mayo). Finalmente, la curva verde de crecimiento más lento, con base ancha y pico más suave, se podría manifestar el día 125 (alrededor del 12 de julio). Estos son tres escenarios que se dibujan con el indicador Ro que, primero, dan una idea del beneficio de mantener las medidas de contingencia, principalmente, las que disminuyen el contacto entre personas, disminuyendo la exposición de los susceptibles; y, segundo, nos muestran la importancia y la forma cómo se debe entender la estrategia de aplanar la curva. 

Gráfica 8.-



Discusión. -

Hemos utilizado la información diaria que proporciona el Ministerio de Salud, que muestra el número de infectados, sospechosos, recuperados, activos y muertos. Son los datos con los que públicamente se cuentan, aunque sabemos que no expresan a cabalidad la realidad de la epidemia.  Existe, en primer lugar, una baja capacidad de hacer pruebas de diagnóstico, no alcanzaron en este período a los 100 por millón de habitantes. El bajo potencial de realizar test, hace que se pierda una buena cantidad de positivos. Según la experiencia internacional se podría perder entre el 50 a 90% de infectados; muchos de éstos son los asintomáticos o con muy leve sintomatología.  Según esta misma experiencia se dice que el 80% de los infectados pasa su infección sin necesidad de internación hospitalaria, un 15% la necesita, y un 5% requerirá atención especial en Unidades de Terapia Intensiva (UTI). Por lo dicho, consideramos que los diagnosticados en Bolivia, se concentran en los dos últimos grupos, y tienen baja representatividad en el primero.

Este fenómeno también hace que la letalidad de la epidemia en Bolivia parezca de las más elevadas, y varíe de un día para otro, entre 6% a 8%; sus denominadores son muy bajos. En la mayor parte de los países la letalidad está entre 3 a 4 %. Chile tiene una letalidad de 1.1%, pero con una tasa de test realizados de 4,448 por millón.

La pandemia en Bolivia comenzó el 10 de marzo, una a dos semanas más tarde que en el resto de los países de Latinoamérica, por lo que su subida está, también, más retrasada, similar a la del Paraguay, sin embargo, tiene el buen antecedente de que las medidas de contención comenzaron a aplicarse de manera temprana, el 13 de marzo, lo que puede incidir en su mitigación. Nuestra primera proyección, hasta el 31 de mayo nos permitió estimar que en esa fecha habría 8.782 casos, con un hito intermedio, el 30 de abril, con 1.992 casos. Una segunda proyección realizada el 12 de abril, nos muestra una tendencia a la disminución, de 48% y 57%, en las dos fechas indicadas. Ya en el primer mes de seguimiento de los casos reales, percibimos una reducción del 35%, con respecto a los casos estimados en la proyección.  Por lo demás, todos los valores y las gráficas presentadas en este estudio nos muestran la misma tendencia a la baja, la que puede deberse al efecto positivo de las medidas de contención asumidas, que fueron notablemente radicales y basadas en la cuarentena general y el distanciamiento interpersonal; aunque no se cumplieron de manera universal por la existencia de focos de incumplimiento, ya sea por aspectos relacionados con la sobrevivencia, la ignorancia o la negligencia.

La información manejada nos ha permitido medir otros dos indicadores de velocidad de crecimiento de la epidemia: el tiempo que tardan los casos en duplicarse, y el porcentaje de crecimiento diario de los casos. El tiempo de duplicación ha sido de 2.1 días en la primera semana; en las siguientes 4.6; 3.5; 6.8; 7.7; y 8.4, en la semana seis, lo que significa un alargamiento paulatino de este tiempo de duplicación.  El promedio del porcentaje de crecimiento diario es de 19,5%, relativamente moderado en relación a lo que se ha observado, en otros países, de hasta 40% o más.

Sin embargo, el indicador más utilizado para seguir el ritmo de la epidemia es el Número Reproductivo (Ro), muy utilizado a partir del manejo de los modelos matemáticos y su aplicación en la informática. Como ya dijimos, hemos simulado tres escenarios con Ro distintos, para medir la expansión de las curvas epidémicas y el umbral poblacional a partir del cual podrían comenzar a descender, todo esto, pensando en nuestra capacidad hospitalaria de atención de los enfermos.  Este cálculo lo hicimos en cumplimiento de la estrategia universal de “aplanar la curva”, para evitar que los servicios sean sobrepasados y haya una quiebra hospitalaria. Hemos hecho énfasis en el grupo de los infectados, que son los que hacen que disminuya la población de susceptibles y aumente la de recuperados y de muertos, provocando también una sobresaturación de los cementerios y servicios colaterales, como ser incineradores, fosas, enterradores, vehículos y otros, tal como ya ha sucedido en algunos países y, de manera alarmante, en Guayaquil.

Primero, aclarar que el Ro en algunas epidemias ha subido a valores extremos de 6 u 8, generando el aumento exponencial de las curvas de crecimiento de manera tan abrupta como insostenible. El seguimiento del observatorio mundial de Kiko Llaneras (15) nos ha permitido comparar algunos Ro y de allí establecer estos tres escenarios con tres Ro diferentes, no muy elevados, porque han ido descendiendo desde las medidas de contención.  Al extremo que, en sus dos últimas mediciones, Llaneras et al. (15) le dan un valor de 1,8 y de 1, lo que nuevamente es esperanzador, porque 1 es el punto de estancamiento o de no crecimiento de la curva.

Con el Ro de 2.5, la curva es todavía elevada, se daría en condiciones de mayor relajamiento de las medidas de contención (léase cuarentena y distanciamiento), de manera abrupta e incontrolable. Comenzaría a descender recién cuando el 23% de la población haya sido infectada, dejando una secuela de impotencia, inseguridad, mala atención y muerte. Las estadísticas nos enseñan que el 50% de los que entran a una UTI, no sobreviven. En este caso, un buen porcentaje fallecería antes o sin opción de entrar a una UTI. Su mayor pico, como ya dijimos, sería el 24 de abril, fecha pronta que ya no parece posible, sino, será postergada por efecto del aplanamiento de la curva operado. 

Es más factible, la configuración del escenario con el Ro 2.0, que daría una curva intermedia, de trazo más moderado, pero con potencial de sobrepasar la capacidad hospitalaria. Su mayor pico se daría alrededor del 16 de mayo, y comenzaría a descender cuando el 15% de la población resulte infectada.

Con el Ro de 1.5 por el aplanamiento de la curva, que sería de perfil más amplio y suave, se tendría mayor capacidad de atender con mejores cuidados y holgura a una cantidad de pacientes mejor distribuidos en el tiempo. La curva estaría efectivamente aplanada, los susceptibles disminuirían más suavemente, con menor mortalidad y dando mayor protección a los adultos mayores. Se tendrían más oportunidades de cura y prevención, ejemplo, la aprobación de algún medicamento curativo eficaz en el futuro cercano, o estar más cerca de vislumbrar una vacuna. Si bien su pico se daría alrededor del 12 de julio, su duración es más amplia, y permitiría atender en un lapso más grande, por lo menos hasta septiembre, con mejor ordenamiento y bioseguridad, tanto para el personal de salud como para los pacientes. El descenso de esta curva, que es aplanada, se daría a partir de que el 6% de la población haya sido infectada.

Sin duda que todo el esfuerzo desplegado por el país entero, sobre la base de grandes sacrificios, no puede ser echado por la borda en un momento en que se avanza de manera adecuada en el objetivo de aplanar la curva. Hemos ´puesto como parámetro el Ro 1.5, pero podríamos lograr Ro aún más bajos, cercanos a 1, en la medida que vayamos aislando más al virus, disminuyendo el contacto interpersonal de riesgo (cuarentena y distancia); detectando y separando a los infectados mientras dure su capacidad de infectar (test y aislamiento);  disminuyendo el riesgo de los contactos (barbijo, lavado de manos, higiene personal); y protegiendo a los más susceptibles y vulnerables (ancianos y personas con inmunidades disminuidas). 

Finalmente, con las proyecciones realizadas y el potencial de pacientes a recibir en los hospitales, hemos calculado la cantidad de UTI, necesarias para atender de manera adecuada la sobredemanda que se avecina. Considerando nuestras deficiencias y pobreza, procurando ser realistas, sostenemos que con 500 UTI, instaladas como unidades completas, cama con su equipamiento, compuesto mínimamente de un respirador, monitor y recurso humano especializado, se podría hacer frente al problema, principalmente en el escenario de la Ro 1.5. Las 500 UTI tendrían la capacidad de recibir 35 pacientes graves diarios, que pueden internarse en promedio 14 días. En este caso estamos considerando las UTI como un indicador de calidad y suficiencia de servicio; por su complejidad y capacidad de resolver los cuadros más graves, los que producen mortalidad. Si se resuelve el problema de las UTI, estas podrán recibir la sobre demanda de los enfermos más graves, el resto sería de más fácil solución. Estos 35 pacientes graves provienen estimando que el 5% de los infectados terminan en situación de gravedad; el restante 15% requiere internamiento hospitalario, pero no UTI; y el 80% restante, puede atenderse en su casa. Esto significa que el sistema de salud en su conjunto, con 500 UTI, tendría la capacidad de hacer el triaje de 700 pacientes diarios, número que permite un margen de tiempo suficiente para preparar todas las UTI requeridas. En los últimos 10 días se presentó un promedio de 28 casos nuevos por día.

Las medidas de contención adoptadas han surtido un efecto en la mitigación de la epidemia, efecto que podría ser duradero en la media que se organicen de manera conveniente el resto de los subsistemas, siendo de los más importantes el de diagnóstico masivo, el de vigilancia epidemiológica inteligente, el de la participación comunitaria y el sistema hospitalario, que hasta ahora se han mostrado desorganizados y sin cabales orientaciones técnicas. Todavía hay tiempo, muy corto, para resolver estos problemas, de lo contrario se puede esperar una nueva subida exponencial en su tendencia,  con todas las consecuencias que eso significa.



Referencias. -

1.- Guía y Lineamientos de manejo COVID-19. Ministerio de Salud de Bolivia, v. 10 de marzo de 2020. Serie: Documentos Técnicos normativos. La Paz – Bolivia, 2020

2.- https://www.medwave.cl/link.cgi/Medwave/Revisiones/Analisis/7861.act

3.-  ANTONIO MONTESINOS-LÓPEZ, Osval; MOISÉS HERNÁNDEZ-SUÁREZ, Carlos. Modelos matemáticos para enfermedades infecciosas. Salud Pública de México, [S.l.], v. 49, n. 3, p. 218-226, mayo 2007. ISSN 1606-7916. Disponible en: <http://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/6757/8466>. Fecha de acceso: 09 abr. 2020




7.- Reporte Diario, 12 04 2020. Ministerio de Salud, Unidad de Epidemiología, Programa Nacional de COVID - 19

8.- GUIA PARA LA ATENCIÓN Y SEGUIMIENTO DE PACIENTES COVID – 19, VERSIÓN 2. Santa Cruz, 29 de marzo de 2020

9.- CONSEJOS BASADOS EN LA CIENCIA DEL MANUAL DE PREVENCIÓN DE CORONAVIRUS QUE PODRÍAN SALVAR SU VIDA 101 Editor Jefe Wang Zhou, MD Médico Jefe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan Prólogo de Nanshan Zhong. Traducido por Shan Zhu, Qing Chen, Jun Li

10.- Qianying Lin, Shi Zhao, Daozhou Gao, Yijun Lou, Shu Yang, Salihu S. Musa, Maggie H. Wang, Yongli Cai, Weiming Wang, Lin Yang, Daihai He, A conceptual model for the coronavirus disease 2019 (COVID-19) outbreak in Wuhan, China with individual reaction and governmental action, International Journal of Infectious Diseases 93 (2020), 211–216. Publicado: March 04, 2020. https://www.ijidonline.com/article/S1201-9712(20)30117-X/fulltext

11.- Modelos Mecanísticos Determinísticos con Ecuaciones Diferenciales, D. S. Fernández del Viso, 24 septiembre 2018, disponible en: https://rpubs.com/dsfernandez/422937

12.- Models for the COVID-19 pandemic in Spain, by JMSS (Usal - CIC), disponible en: https://github.com/josemss/Covid19

13.- Análisis del Covid-19 por medio de un modelo SEIR. José Manuel Gutiérrez y Juan Luis Varona; EMERGENCIA COVID-19; 20 marzo, 2020, disponible en https://institucional.us.es/blogimus/?authors=Jos%C3%A9+Manuel+Guti%C3%A9rrez+y+Juan+Luis+Varona

14.- Joseph T. Wu, Kathy Leung, Gabriel M. Leung, Nowcasting and forecasting the potential domestic and international spread of the 2019-nCoV outbreak originating in Wuhan, China: a modelling study, Lancet 395 (2020), no. 10225, 689–697. Publicado: Jan 31, 2020. https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)30260-9/fulltext

15.- BORJA ANDRINO, DANIELE GRASSO, KIKO LLANERAS. Así evoluciona la curva del coronavirus en México, Colombia, Chile, Argentina y el resto de Latinoamérica
7 ABR 2020 - 18:28 CEST.



Cochabamba, 19 de abril 2020




[1] Médico Salubrista - Epidemiólogo
[2] Médico Salubrista (MPH) – Administrador en políticas públicas (MPA)
[3] Estadístico